La noche estaba clara y silenciosa, todavía se sentía algo de frialdad, pero ya no era tanta como en pleno invierno.
A Naruto le había tocado hacer guardia en la entrada trasera del palacio. Ésta era más oscura que la otra y más alejada, aún así, tenía buena vista de los alrededores iluminados con antorchas en el jardín y de las habitaciones; sobre todo la de Sasuke, la cual tenía las puertas cerradas. La luz de una lámpara interior, mostraba la sombra del Takai detrás de las shoji (puerta corrediza de papel traslúcido). Sasuke siempre se quedaba hasta tarde escribiendo o leyendo, y a veces Naruto deseaba ir a verlo, cuando ya todos en el palacio se habían dormido. Pero nunca se atrevía ¿Con qué objetivo?
Su boda estaba cada vez más cerca y le agradaba mucho Sakura. Aunque dicha ceremonia no se llevara a cabo, no podrían estar juntos. Pero lo deseaba, en verdad que sí. El cariño que le había profesado el Takai, durante esos días en los que estuvieron solos, logró menguar un poco el dolor de la perdida de su familia. Lo hizo dudar de ciertas decisiones en su vida, de la forma radical en la que pensaba que eran los Uchiha...
Suspiró y pateó una piedra del suelo, iba a repetir su acción, cuando escuchó un leve silbido en las afueras. Naruto miró a los alrededores y luego, con la mano sobre la empuñadura de su katana y todos los sentidos alerta, dejó el palacio, internándose en un bosquecillo a unos metros del sendero que rodeaba la tapia.
Se quedó quieto en un pequeño claro, con su espada a medio sacar, y entonces, desde la oscuridad apareció un joven de cabello largo y ojos muy afilados.
—¿Dejaste tu puesto, soldado?— preguntó con curiosidad. Naruto chasqueó dos veces los dedos en respuesta, y de inmediato el muchacho supo quien era, después de que lo vió trazar el emblema de los Senju sobre su pecho —Kitsune...
El rubio asintió y volteó a mirar en dirección al palacio, para luego volver a prestarle atención.
—Traigo una orden de Hashirama-sama, para su hombre infiltrado— dijo, con una leve sonrisa y carraspeó, para comenzar a recitar el edicto de memoria —"Se te retira de tu misión, teniendo como última orden obtener los planes de batalla de la alianza Uchiha-Haruno. En cuanto estén en tu poder, regresa inmediatamente a nuestro puesto de avanzada. Lo esperamos con los brazos abiertos y agradecidos por tantos años de dedicación."
"Ya se acabó..."
La frase resonó en su cerebro como un latigazo, trayendo desde la oscuridad, todos los recuerdos de los ocho años que había permanecido encubierto en el ejército enemigo. Sobre todo los que había obtenido junto a Sasuke.
El momento de decir adiós estaba cerca, y posiblemente la próxima vez que se vieran; lo harían en el campo de batalla.
—¿Repito el mensaje?— preguntó el joven, sacándolo de su abstracción. Naruto negó —Entonces me retiro... Sé que no es el momento ni el lugar, pero quería decirle que algunos pocos de nosotros conocemos su sacrificio y lo tenemos en gran estima— hizo una reverencia que el rubio imitó de manera automática y se perdió en la oscuridad.
Naruto tardó unos segundos en procesar la orden. Después de todo, había estado en dicha misión desde los doce años. Aprendió a luchar con los Uchiha, vivió como soldado de dicho clan... y se enamoró del futuro jefe.
Ahora tenía que olvidar y marcharse. Dejar todo atrás.
Jadeó ahogado ante la perspectiva y no pudo evitar caer sentado en el suelo, sujetándo su cabello, para después llorar en silencio... Ya conocía cual era su destino, pero saberlo y vivirlo, eran dos cosas distintas. Y aunque siempre intuyó que dolería, no pensaba que tanto como para que casi no pudiese respirar.
マージン
La Sakura traviesa que solía corretear de un lado a otro durante el día, en la noche era una chica callada y pensativa; mirando las estrellas a través de la pequeña y redonda ventana de su habitación. Jugueteaba con un pañuelo de seda en sus manos, rozando con su pulgar el relieve del bordado en una esquina; el emblema del clan Haruno.
Su cabecita trabajaba a todo dar, pensando en la manera de solucionar su problema y el de su amigo. Por supuesto que Naruto no sabía que ella conocía de sus sentimientos hacia Sasuke ¿Pero como no hacerlo? Además de su olor, Sakura había visto levemente la marca de mordida en el cuello del Hikui, el día que se conocieron; la cual ya se había borrado completamente. Eso y la manera en la que lo miraba de reojo, o la tensión del ambiente cuando los dos estaban cerca, la llevaron a sospechar que algo importante ocurría entre los dos.
Sakura odiaba estar en medio de un amor así, y por otro lado estaba esa atracción casi sin sentido, hacia Madara. Si tan solo pudiese hacerlo entender, si el jefe la tomara para sí, a lo mejor el Takai y Naruto tuviesen una oportunidad ¿Pero cómo? Madara parecía renuente a ceder.
Interrumpió sus pensamientos un leve llamado en su puerta, y al dar paso, vió a Sasuke en el umbral; cosa que le extrañó muchísimo, el Takai no solía acercarse, a no ser para los paseos "obligatorios".
—¿Puedo hablarte un momento?— pidió cortes y ella le sonrió.
Se apartó de la ventana y arreglándose el haori, largo hasta las rodillas, se sentó en su lecho. Sasuke carraspeó un poco ansioso y luego se acomodó frente a ella.
—¿Ocurrió algo?— preguntó Sakura.
—Es sobre...— comenzó y miró a un lado, como buscando las palabras adecuadas —Si pudieses dejarme un rato los dibujos que hiciste para Naruto, las señas...— corrigió.
—¿Las quieres copiar?— preguntó divertida y estrechando los ojos.
—Sí, deseo aprenderlas también— murmuró, algo apenado.
—¡Que tierno te vez cuando te interesas por él!— exclamó con expresión de ensoñación y Sasuke se quedó sin palabras —Anda, que no te dé vergüenza. Ya sé que entre ustedes hay algo, pero debo decir que me faltaba confirmar que tú sintieras lo mismo que Naruto siente por tí.
—Sakura...— jadeó —lamento que estés en ésta situación. Conocer que tu prometido está enamorado de otra persona... Es que, yo, simplemente no puedo llevar a cabo esa boda.
—Yo tampoco— admitió —No pienso que seas un mal hombre, pero simplemente no creo enamorarme nunca de tí, sobre todo si tu corazón ya está ocupado. Además...— suspiró —sé que suena extraño, pero quiero a Madara-sama.
Ella lo miró intrigada cuando soltó una carcajada. Sasuke se cubrió el rostro con ambas manos y luego negó.
—Estaba buscando una manera de deshacer el compromiso sin perjudicar la alianza, no logrando encontrar ninguna; pero ésto cambia las cosas. Sé que Madara se siente atraído por tí, y ahora tú, diciéndome que te sientes igual...
—¿Pero qué hacer? Me trata como a una niña— bufó con un puchero infantil y se cruzó de brazos.
—Entonces demuéstrale que no lo eres— señaló el Takai —Deja de perseguirlo y molestarlo.
—Si no hiciera eso, ni siquiera me miraría durante el día— protestó y Sasuke se quedó pensativo.
—Se me ocurre otra cosa, pero no sé si tú...
—¡Habla! Te escucho— exclamó entusiasmada.
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Amo Sumiso (Terminada)
FanfictionEn un mundo donde nacen hombres y mujeres elegidos por el cielo, las personas normales sufren de la desgracia de la guerra por la ambición del dominio. Sasuke y Naruto no se conocerán en las mejores circunstancias, pero entre ellos nacerá un sentimi...