Sakura no podía creer aún lo que había sucedido. En su vida nunca vió castigo tan radical, pues su padre no solía aplicarlos delante de ella.
La espalda de su amigo tenía grandes marcas alargadas, cruzándose unas sobre otras, las cuales había comenzado a inflamarse y se veían muy dolorosas. Pero Naruto no se quejaba, solo veía sus hombros subir y bajar con una fuerte respiración. Había rechazado el acercamiento de Sasuke y ahora éste estaba de pie a su lado, totalmente perdido, sin saber que hacer.
Ella gruñó rabiosa, se puso de pie como pudo, debido a que aún se encontraba débil por el aroma dominante del Takai, y siguió a Madara al interior del palacio.
Lo alcanzó justo antes de que entrara a su habitación y tiró fuerte de la manga de su haori.
—¡¿Por qué lo hiciste?!— reclamó, enfrentándolo con una fiera mirada.
—¿Acaso no quedó claro? ¿No entiendes lo importante que es el acuerdo con tu clan para los Uchiha?— inquirió, casi gritando.
—¡Naruto no se merecía nada de ésto, y lo sabes! ¡No puedes culpar a alguien por amar! Si es así, entonces deberías castigarnos a Sasuke y a mí también ¡Estúpido!— exclamó, empujando su pecho y haciéndolo retroceder un paso.
—No voy a azotar a un Takai, para que pierda autoridad con los suyos. Estoy agotado de pedirle que deje de ver a ese soldado, a lo mejor ahora se lo piensa dos veces ante de desobedecer.
—¡¿Pero qué carajos eres?! ¡¿Cómo puedes ser tan cruel?! ¿No te interesa lo que pueda sentir Sasuke? Es tu protegido...— lloró — ¿No le tienes algo de compasión?
—No te equivoques, Sakura, quiero a Sasuke como a un hijo. Pero no es solamente en él, en quien debo pensar. Todo el clan Uchiha depende de mis decisiones y no puedo anteponer los deseos egoístas de una persona, por delante de todos los demás. Así sean los Sasuke.
Ella se cubrió el rostro húmedo con las manos y sollozó.
—Eres tan ciego...— se quejó en un tono casi inaudible —Tienes la solución de todo en tus manos y simplemente no la tomas.
—No puedo hacer lo que me pides, Kaika.
—¡Soy Sakura, maldita sea!— gritó —Déjalos en paz, Madara... te lo ruego. Yo hablaré con mi padre, quizás él respete el acuerdo aún si no hay matrimonio.
—Su primera condición fué esa. No puedes hacer nada al respecto— dijo serio y se volteó, para entrar a sus aposentos.
—Entonces tómame como esposa...— murmuró, haciendo que se detuviera —No te soy indiferente, lo sé.
—Sin importar lo que yo pueda sentir por tí, te llevo veinticinco malditos años— la enfrentó y la tomó por un brazo —¿Qué vas a hacer cuando estés en la flor de tu juventud, y tengas de esposo a un anciano? ¿Acaso no has pensado en eso?
—¿Sabes lo que haré?— siseó —Voy a amarlo y cuidarlo, porque será todo mi mundo.
Él se quedó sin palabras ante la confesión, sus ojos desbocados en el rostro rojo y lloroso de la Kaika.
—No está bien— justificó.
—Ven, te mostraré lo que no está bien...— tiró de su mano y lo guió de vuelta al pasillo exterior. Señaló al patio, donde ahora se encontraba Sasuke, completamente solo. Estaba sentado en el pasto con las manos en su cabeza y su espalda temblaba ligeramente —Hacer sufrir a alguien de esa manera, es lo que no está correcto, Madara. No me imagino el dolor que siente al haber visto a quien ama ser azotado de esa manera. Solo sé que si yo estuviese en su lugar, tendría el corazón hecho pedazos— ella lo miró, notando como el jefe tragaba saliva y luego apretaba su mandíbula, sin apartar los ojos del Takai —¿Los condenas por amar, por besarse...?— se colocó frente a él y poniéndose de puntas, tiró del cuello de su kimono, haciéndole inclinarse para besar sus labios.
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Amo Sumiso (Terminada)
FanfictionEn un mundo donde nacen hombres y mujeres elegidos por el cielo, las personas normales sufren de la desgracia de la guerra por la ambición del dominio. Sasuke y Naruto no se conocerán en las mejores circunstancias, pero entre ellos nacerá un sentimi...