17. Una vez en diciembre

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18 de Diciembre de 1984, el cumpleaños de Daniel número dieciocho.

— ¡Abrir!

Mencionó el señor Miyagi entre risas, seguido de una muy entusiasmada Ali con gorro de fiesta y un rubio con la cabeza recargada en su mano; Johnny. Ninguno de los tres creyó que Lawrence sería capaz de venir. Es decir, es el cumpleaños de su competencia. La casa de su competencia, ¡el lugar de su competencia!

— ¿Qué es?— mencionó Johnny, tomando impulso para levantar la cabeza.

— Es ... ¡un karategui!

— ¡No puede ser, míralo de atrás! es precioso.— la de rizos giró en dirección al señor Miyagi, encantada por el diseño que aquel traje llevaba.— ¿es la marca de su dojo, señor Miyagi?

— Marca especial, entregarse a Daniel.— mencionó el anciano, mirando con una gran sonrisa nostálgica.

Solo Miyagi y LaRusso sabían lo que aquel hermoso bordado significaba para el mayor. Y Daniel, aunque no lo demostrase mucho, quería ponerse a llorar en aquel preciso momento.

— Muchas gracias, señor Miyagi.

Daniel, con todo el cuidado del mundo volvió a guardar aquel uniforme que claramente usaría en el torneo. Y entonces, tras levantar la mirada, se encontró con otra caja de regalo. Esta vez de Ali.

— Ábrelo.

— Oye, a mí no me regalaste nad--.

Johnny callo ante la mala mirada de Mills, provocando en Daniel una risita, tomando segundos después aquella caja. Al abrirla, una mini radio color grisácea lo hizo abrir tanto la boca cómo los ojos. Era casi idéntica a la que Johnny /estúpidamente/ había destruido aquel día en la playa.

— ¡No puede ser!— se abrazó a aquel regalo, llenando su cabeza de aquel momento tan tenso y especial al mismo tiempo.

— ¿Me dejas romperla?


— Sigo sin poder creer que el señor Miyagi te haya regalado un auto, ¡es que solo! ¡vaya!

Ali miraba a todas partes, siendo la copiloto mientras que Johnny se acostaba en la parte trasera para no ser visto.

— Es muy amable, ¿crees que nos pague la boda?— mencionó Lawrence en burla, y aunque no pudiese ver, era obvio que LaRusso se había sonrojado.

— Espero no chocarlo ni arruinarlo, es sumamente perfecto ...

— Hey, apuesto a que te durará lo suficiente cómo para que se lo des a tus hijos.

La de pecas guiño un ojo, dirigido tanto a Daniel cómo a Lawrence. Johnny solo la arremedo con una mueca mientras que el moreno miraba a su chico con ternura.

— ¡Buenas noches! gracias por invitarme.

Daniel se despidió, mientras que el aprovechado de Lawrence saltaba casi de inmediato al asiento de copiloto, manteniéndose fuera del hogar de Mills.

— Cierra los ojos ...

a place to hide ✦ lawrussoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora