Cuatro meses ya. Cuatro. Cómo vuela el tiempo cuando solo deseas que vaya más lento. Pero la vida sigue, aunque duela. Sigue y no se detiene por nadie. Aunque los buenos recuerdos la hacen más soportable. Mi vida sigue pero yo todavía sigo viendo tu coche tras el mío de camino al curro.
Hoy ha caído una jarrita de cerveza bien fría a tu salud, Pablete. Pero me ha sabido a dulzura amarga, porque aunque mis labios sonreían, mis ojos te han llorado. Pero no te preocupes, lloro cada vez menos.
Los grandes metaleros con alma de niño como tú no les gustan las lágrimas, por eso lloro cada vez menos. Pero no este día, no cada primero de mes. Es mi pequeña licencia y es solo mía.
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Melancolía ©
Non-FictionCartas póstumas a la memoria de un amigo muy querido. Cada persona lleva el duelo a su manera.