Seis meses, Pablete. Cómo pasa el tiempo. Cómo se nos llena la boca con tanta facilidad para decirlo: seis meses. Medio año, media vida, medio café. Pero tu marca durará una vida entera. Hoy, primero de mes, voy a hacer uso de mi pequeña licencia. Esa que es solo mía y que me permite pensar en ti un poquito más. Entre lágrimas y sonrisas.
Ya casi ha terminado el verano. No es mi estación favorita, lo sabes. Las largas tardes de sol no están mal, pero no hay nada para mí que se compare con el otoño hogareño que pronto llegará.
Para mí, el verano no significa playa, si no pueblo. Recuerdos de mi infancia en un pueblo de Castilla y León, las bicicletas, las largas charlas con las primas, los juegos eternos, sin esta tecnología que acerca a los que están lejos y aleja a los que están cerca.
Pueblo. Si es que la misma palabra te llena la boca de magia. Y, como era inevitable, me ha venido a la mente tu querido pueblo: Biel. Aún recuerdo con una enorme sonrisa el día que fuimos todos a pasar contigo allí, a tu tierra, a tu querida casa. Pero qué bonito es Biel, con su judería, con sus casas, con su naturaleza... no me extraña que te sintieras tan orgulloso de él. Pero más orgullosa estoy yo de poder haberlo conocido contigo.
El verano es pueblo y pueblo eres tú.
Quedó pendiente otra comida (como tantas cosas que nos quedaron pendientes que esa maldita enfermedad se llevó). Quedaron pendientes esas migas que tanto presumías saber cocinar como nadie y que yo siempre me burlaba de ti porque no te creía.
Aún te recuerdo (te veo) con tu camiseta de Iron Maiden asando la carne en la chimenea. Pero qué día más maravilloso pasamos. Y lo recuerdo llorando, con amargas lágrimas de felicidad, siendo consciente de que jamás se volverá a repetir, aunque disfrutando del recuerdo.
Ve preparando esas migas, Pablete y espéranos tranquilamente con la mesa puesta, que las cervecicas corren de nuestra cuenta. Por ti, amigo. Cómo se te extraña. Siempre.
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Melancolía ©
Non-FictionCartas póstumas a la memoria de un amigo muy querido. Cada persona lleva el duelo a su manera.