𝑲𝒂𝒌𝒖𝒄𝒉𝒐

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Mis gemidos inundaban la habitación,me encontraba sola y probablemente ni siquiera tendría compañía esa noche.

Encendí el vibrador y me acosté a lo amplió de la cama,lo pasaba de arriba a abajo sintiendo sus vibraciones por toda mi zona.
Había comprado uno que otro juguete ya que últimamente no tenia nada más que mis dedos para saciar mi deseo de placer.

Entre las contracciones de mi cuerpo,mi mano paso a rozar con unas bolitas de metal que se encontraban ahí.

Mi mente comenzó a preguntarse ¿Que se sentiría tener esas dos bolas dentro  mientras me retorcía de excitación por el vibrador?

No tuve que plantearme la pregunta dos veces pues ya me encontraba intentando introducir ambas bolas.

Era inexperta en estos temas asi que al ver que no entraba tan fácil,use uno de los tantos sobrecitos que me ofrecieron para mejorar la diversión.

Fue más fácil meterlas asi,mi cuerpo inmediatamente sintió el frio de las bolas y cuando me senté en la cama mi cuerpo se erizo y contrajo por la sensación.

Recosté mi cuerpo y volví a encender el vibrador,lo pase por las mismas zonas de hace unos momentos,lo baje a mi entrada metiendolo al fondo.
Gemí por la vibración de las bolas al tocar el vibrar con el instrumento.

—Hola...¿Donde estas? —Escuché decir a alguien mientras sus pasos se hacían cada vez más cercanos.

Ahogue el último gemido con la mano  y me pare a esconder todo lo que habia regado en la cama.

—¿Que hacés? —Dijo Kakucho al abrir la puerta.

—Nada...solo me preparaba para dormir, creí que no llegarías —Exclamé con una sonrisa.

—Yo tampoco creí llegar pero me pude escapar —Contestó.

—¿Te preparó algo de cenar? —Pregunté y el asintió enseguida...no se me despego ni un momento asi que me vi obligada a caminar aun con las bolas dentro.

Se sentó detras de la barra para cenar,esperando pacientemente a que preparara las cosas.

Mi misión era hacer el menor movimiento posible para no terminar gimiendo frente de el y sin contexto alguno pero el hecho de tener que lavarme las manos en el lavaplatos a unos pasos de mi,sacar los ingredientes del refri,traer los utensilios que usaría y pasarle el plato para cenar me lo ponía complicado.

—¿Fue un día pesado? —Se me ocurrió preguntar para distraerlo y que dejara de verme.

—Si,hoy tuvimos una pelea con un grupo de idiotas...¡Les gane! Y me cure las heridas antes de llegar para no preocuparte —Me explico con la emoción de un niño de cinco años.

Hice una mueca con la boca al no encontrar una forma comoda para inclinarme y tomar los jitomates que se encontraban hasta abajo del refri,Kakucho lo notó e inmediatamente comenzó a disculparse por haberse peleado.

—Me has dicho que eso no es bueno y que no te gusta que me meta en problemas pero si me lo piden, debo hacerlo...por eso estoy ahí —Se disculpó.

—Lo se,lo se...no dije nada al respecto esta vez —Trate de calmarlo conteniendo la risa.

—Tus gestos lo dicen todo —Contestó.

Me puse roja al imaginar como debía lucir mientras haciendo el esfuerzo de conter las bolas.

El silenció gobernó de nuevo,el observaba su celular mientras yo me encontraba cocinando,un calor extraño comenzó a invadir mi cuerpo,iniciando en la entrepierna y recorriendo las demas partes.
Mis pezones comenzaban a ponerse duros y las ganas de tener algo entre las piernas me torturaban conforme pasaba el rato.

𝐎𝐍𝐄  𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 -𝐓𝐎𝐊𝐘𝐎  𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄𝐑𝐒 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora