𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 -𝐓𝐎𝐊𝐘𝐎 𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄𝐑𝐒

𝑰𝒛𝒂𝒏𝒂

Las tres de la madrugada y el estrepito ruido proveniente de la puerta me levanto al instante.

Salí cuidadosamente de la habitación tomando la primer cosa que encontre a la distancia para defenderme de cualquier intruso.

La presión se aligeró cuando reconocí a Izana a pesar de la escasa luz que nos rodeaba.

Deje el objeto sobre la mesita que tenia a lado y encendí la luz del corredor pero mis ojos se impactaron al percibir la condición en la que se encontraba el cuerpo de Izana.

—¡Por dios,¿Que te a pasado?! —Grite corriendo a su auxilió.

—No seas tan ruidosa maldición...—Refunfuño presionando su costado herido.

—¿Que hora creés que es Izana?¿Que rayos pasó? Volviste a pelear
¿Verdad? —Cuestioné mientras le servia de apoyo para llevarlo al sofá.

—¡Ya cierra la boca!Tus preguntas no ayudan en este momento —Contesto furioso.

Corrí por el botiquín que había en el baño.Vendas,algodón,alcohol,pastillas para el dolor y liquidos para curar sus heridas era lo que buscaba en el.

Deje las cosas en el sofá a lado de Izana y serví un poco de agua para que se pasara las pastillas.

—Toma... —Le dije extendiendo la medicina y el agua.

Me las quitó de mala gana y se lo tomó.

—Gracias —Fue lo único que dijo.

Mientras sonreía por ese pequeño gestó,me hinque a su lado para comenzar a curar sus heridas.

Lo obligué a quitarse la camisa con los pantalones y a mantener la calma en lo que terminaba el trabajo.

—¡Ah...! Ten más cuidado idiota —Grito encojiendose del dolor.

—Lo siento,no fue mi intención —Conteste aguantando la risa.

Continué limpiando la sangre que había por su cuerpo y curando los golpes y heridas que me encontraba en el camino.

—¿Que fue lo que pasó? —Pregunte buscando sus ojos.

—No es asunto tuyo —Contesto echando un vistazo.

Su actitud egocéntrica me hacía enojar ciertas veces y muy pocas veces podía sacarlo de ahí pero en esta ocasión el vulnerable era el y no iba a dudar en aprovecharme de ello.

Apreté el pedazo de algodón contra su herida y no tardo en protestar.

—¡Eso duele! Maldita perra... —Dijo entre dientes cuando se dió cuenta que lo hacía a propósito.

—¿Ya me dirás? —Volví a insistir.

—Fue una pelea,el idiota que me toco golpear jugo sucio,llevaba una navaja y no tuve mas remedio que sacar mi arma y dispararle en la pierna para igualar la situación —Confeso por fin.

—¡¿Le has disparado a alguien?! —Dije alarmada presionando demas el algodón.

—¡AH,Fijate...! ¿Que no es lo que acabó de decir? —Grito.

—Oh...lo siento,fue mi culpa,
perdón —Me disculpé limpiando con cuidado la zona.

Termine tiempo después,guarde las cosas de nuevo en el botiquín y lo llevé a su lugar.

—Sabes...no creo que hayas igualado la situación,literalmente le disparaste a alguien cuando el solo llevo una pequeña navaja —Divague la situación.

—¿Has visto como me a dejado acaso? No solo era el,si no tambien los idiotas de su grupo —Contesto poniendo los ojos en blanco ante mi estupidez.

—Ya veo...bueno no soy adivina, creí que solo eran ustedes dos. ¿Y el idiota de Kakucho?¿Que no se supone que siempre te acompaña en eso? —Cuestione.