Cariño Mío (STEREK, PIAM)

Deseo y necesidad (Piam II)

Pues los meses han pasado chic@s. Siento mucho no haber podido actualizar con tiempo. La vida de adulto se volvió más complicada, pero aquí sigo, intentando darle fin a este bonito fic, que me ha encantado escribir. 

Este es el segundo capítulo dedicado a PIAM (Peter x Liam) y ahora si les toca hacer el delicioso. En total, salieron tres capítulos para esta pareja, es decir, el siguiente cap también es dedicado al Piam. Después de ese, ya sólo quedan dos capítulos de la pareja principal (STEREK) para terminar el fic. 

Sin importar cuántas personitas lo lean, le daré fin a la historia para tener mi alma tranquila. Espero que les guste como ha ido avanzando el fic. Gracias por seguir leyendo. 😊❤

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POV. LIAM

Necesitaba liberar mi mente.

Había tardado dos horas en conciliar el sueño y desperté al mediodía con la idea de suprimir las fantasías que tenía con Peter. Pensé que salir a correr me ayudaría a mejorar mi humor, aunque lo cierto era que emocionalmente me encontraba mejor que otros días y sabía que era debido a él, pero no quería reconocerlo.

Dediqué cinco minutos a darme una ducha fría, sin importar que después de correr tuviera que bañarme de nuevo; quizá también iría con Mason para retarlo en la consola. Necesitaba despejarme, pero a veces no se puede cambiar lo que el destino ha preparado y parece que el nuestro se las arregló para mantenernos cerca.

No podía creer que ese maldito me afectara tanto. Según yo, estaba casi listo para empezar a correr y luego me di cuenta de que ya llevaba unos kilómetros caminando, sin correr ni un metro. Suspiré resignado, avanzando por el sendero boscoso que lleva hacía el mirador más solitario y alejado de la ciudad; a esa hora la mayoría estaba en clase o trabajando. Hale también debía estar en ello. Debía.

Transcurrió media hora desde que comencé a "correr" y en algún momento mis sentidos fueron más conscientes del entorno, aparte de la naturaleza rodeándome, percibí la cercanía de un vehículo a mis espaldas. Al primer vistazo no le di mucha importancia y me hice a un lado del camino para dejarlo pasar, fruncí el ceño cuando noté que parecía estar siguiéndome. Ya estaba pensando hacía dónde correr, por si se trataba de algún loco; me giré para observar que detrás de mí venía una reluciente camioneta blanca y confirmé que realmente había un loco siguiéndome. Peter.

Rodé los ojos y seguí caminando sin temor alguno, como si mi sexto sentido supiera que él no me lastimaría. Sonreí levemente cuando vi que avanzó a la par de mi lado derecho, haciendo un ruido con su garganta para llamar mi atención desde su camioneta.

— Te advierto que estoy en mi día libre. Aquí no puedes darme órdenes —rezongué en voz alta, manteniendo el paso y la vista al frente.

— Buenos días a ti también —se burló, avanzando a mi ritmo— Es increíble que no me hayas notado desde antes, creí que traías audífonos, pero eres distraído.

— Y tú eres un pesado, ¿Me has estado siguiendo desde que salí de mi casa?

— Puedo ser un degenerado, pero no un demente —aclaró enseguida— Te cruzaste en mi camino hace menos de 10 minutos y me apeteció molestarte. Con lo declarado hace unas horas y ese diminuto short que traes puesto, no me puedes culpar por sentirme atraído —apreté lo labios, sonrojado por su irreverente sinceridad.

— Sólo es un short de atletismo. Es más cómodo correr así —dije con indiferencia, aunque por dentro era todo lo contrario.

— Oh claro, he visto que corres como un profesional —dijo con sarcasmo. Me lo merecía por no cumplir con mi rutina del día.