Cariño Mío (STEREK, PIAM)

Las rosas

Una disculpa por la demora. Estos días se complicaron muchas cosas en casa. Sin mencionar el caos que tuve con mi servicio de Internet. Como sea, les dejo la actualización. 

Espero les guste. Gracias por seguirme leyendo.  =)

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POV. STILES

No podía dar más pena.

Después de la vergonzosa escena que le monté a Derek en su casa, me mantuve enviando mensaje tras mensaje, utilizando ideas propias y ajenas para intentar que tuviera consideración conmigo, un chico torpe e idiota al que le había dado la oportunidad de estar con un hombre como él.

Probablemente alguien con más experiencia en la vida me consideraría débil, ridículo y sin dignidad por estar mostrándome tan insistente. Pero no puede ser debilidad el reconocer que uno se ha equivocado y ante eso actuar para no arruinar algo importante.

Y para mí era importante lo que había logrado tener con Derek. Aunque apenas lleváramos cinco semanas de conocernos, yo sentí que cometería un gran error si no me esforzaba por evitar que lo nuestro se fuera al drenaje.

La forma en que nos conocimos era digna de tener una historia épica de amor o por lo menos que el final no fuera tan ordinario y miserable.

Mientras le daba vueltas a todos esos pensamientos, me encontraba negado a terminarme el cereal que amablemente me había servido Scott. Sé que podía intuir que había tenido problemas con Derek, pero se limitó a sentarse conmigo para acompañarme en el desayuno. Después de todo lo que sucedió el día anterior, no había probado bocado y me hubiera mantenido así de no ser por mi amigo, quien prácticamente me sacó a rastras de la cama y me hizo cumplir con la primera comida del día.

Lo único que no pudo lograr fue quitarme mi celular, por medio del cual seguía atacando a Derek con cientos de mensajes. Algunos los había leído, pero los siguientes ni siquiera los vio, me estaba ignorando. Y eso me ponía de mal humor, estaba preocupado de que me bloqueara de un momento a otro.

— Necesito ir por un libro al centro y luego iré con Allison —dijo de repente Scott. Podía interpretar sus palabras, quería que yo lo llevara.

— Pide un taxi —dije de mala gana.

— No. Mi hermano del alma, mejor amigo y compañero de piso será quien me lleve —le dediqué mi peor mirada. Él sabía que no estaba teniendo un buen día y aún así se atrevía a molestar— Escucha, no cuentes con mi apoyo para quedarte aquí lamentándote, aún debemos el refrigerador, la televisión, tú todavía debes la ultima reparación del Jeep y por supuesto la universidad no es precisamente gratuita —nada como las deudas para recordarte que sufrir por amor es un lujo. Trabajar sirve para olvidarte por un rato que tienes una vida. 

— Me baño y nos vamos —murmuré inconforme, forzándome a terminar mi desayuno.

En momentos como esos recuerdo las razones por las que Scott mantiene su título como mi hermano y mejor amigo. Se preocupa e intenta cuidar de mí, al igual que yo lo hago por él. No basta con dar palmaditas en la espalda mientras ves que tu hermano se derrumba, hay que actuar antes de que eso suceda, aún si la técnica es severa, intentarás por todos los medios que siga brillando.

En el trayecto de nuestro apartamento al centro, sentí la necesidad de expresarle a Scott la razón de mi estado de ánimo. Le conté todo, le conté lo que había escuchado en el supermercado, le platiqué sobre Liam y Peter, así como del escándalo que armé enfrente de esos dos, que nada tenían que ver, también le dije sobre la mirada tan fría que Derek me dedicó mientras me corría de su casa y de su vida.