Capitulo 13 Las Mil y una Maravillas

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1 de julio de 1896 Inglaterra
11:45 a.m

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Al día siguiente la casa estaba un poco de cabeza. Otra vez era miércoles; el día más ajetreado de la semana.--Todos los empleados odian este día.--Cada uno estaba dispersado por toda la casa, desempolcando por aquí, barriendo por acá; lavando ropa, alfombra y de más. Los menos estresados eran Crisel, Colett y Spencer, que por ser jóvenes no tenían tantas cosas por encima de sus hombros. Lo cuál les permitía que al acabar tuvieran unas horas libres antes que todos al medio día.

Mientras Pitter estaba observando meticulosamente a Spencer, y, esté se daba cuenta de esto. Crisel y Colett se preguntaban por que el Amo Pitter estaba atento a Spencer.--Esto les daba envidia.--

--¿Qué tanto miras Pitter?---Dijo su hermana Liliana.

---¿Ah, yo? Nada.--Miente.

---¿Seguro? En mí parecer creo qué estas mirando a Spencer. Su relación de "Amigos" a crecido. --Rie.-- Que ironía.

---Ja. Ja. No somos amigos ni tenemos ningún tipo de relación y no habrá en un futuro lejano.

---Si así lo dices.---En ese momento los interrumpió Camelia.

---Hola chicos, como les va la mañana?

---Todo bien.--dicen al unísono.

---Que bien; Pitter podrías recoger unos rollos de papel de cocina que están en el closet del pasillo del estudio? Horatio me pidió el favor, pero tengo que ir al garaje y los necesita ahora.

---Si no te preocupes.

---Yo vigilare a tu amiguito mientras vuelves.

---Que graciosa.--- Pitter se dirigió a las escaleras, subió los primeros tres escalones y cruzó por el pasillo. Y mientras pasaba se comenzó a sentir mareado. Él ignoro eso y abrió el closet saco los rollos y iba a entregárselo a Horatio. Tan sólo dio unos pasos y sintió un palpitar; el chico colocó su mano en una pared para sostenerse y mientras trataba de enfocar su vista, esta fue dirigida a la la cabeza de piedra y arcilla de Jorge IV.

Lo único que pudo ver después era la puerta del estudio de su tío abierta y en ella estaba su tío de perfil mirando a su escritorio con pipa en mano.

---¿Qué piensas hacer?--- Le decía a quien fuera frente a él.

---No lo sé, qué me puedes aconsejar?--Dice una voz joven.

---Tú la creaste. No puedo decirte que hacer con tu propia creación.--Dice tomando un poco de su pipa.

---Pero es algo peligroso.

El tío saco la pipa de su boca y soltó el humo al exterior.---Pero tú eres el único que sabe para que fue echa.---La habitación quedó en silencio.---Si te sientes más cómodo la puedo guardar aquí.---Pitter quién se encontraba observando en silencio decidió acercarse para ver más.

---¡No! Si la guardas tú tarde o temprano vendrán a buscarla.

---No te preocupes. Desde hace años ya estoy preparado para morir.---Sus palabras dejaron a Pitter atónito. El chico se acerca a él y lo abraza y el tío Luis le da unas palmadas en la espalda. Era más bajito que el tío; de la misma altura que Pitter y parecía un poco mayor que él.

--- No te preocupes. Estaré bien.---El chico se separa de él.

---¿Cómo están los niños?---Dice secando las lágrimas de sus ojos.

Secretos bajo el viejo LondresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora