Secretos bajo el viejo Londres

Capitulo 11 Querido Luis.

31 de junio de 1896 Inglaterra.
Hora 2:01 P.M
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Ya paso una semana desde lo sucedido, nadie habla sobre eso. Menos Pitter y Liliana; Es como si nunca hubiera sucedido... Camelia los notaba muy tranquilos, no hacian bromas y eso era raro, pero cuando lo comentaba con Agatha o Andrew le decían que debido a lo que paso se sienten un poco extraños, pero que tal vez volverían a estar normal en unos días.

Colet y Crisel solo inquietaban más a Camelia intentando espiar a escondidas al joven Pitter y preguntándole si esta bien.—-¿Amo Pitter se encuentra bien?—Dijo Colet.

—-¿Quiere que le traiga algo?—Dice Crisel. Pitter solo las ignoraba y seguía con su libro, ademas de que Camelia las encontró por tercera vez en la semana molestando al chico y no tardo en llamarlas.

—-Crisel, Colet, vengan un segundo.—Gritaba desde las escaleras principales. Ellas se les puso la piel de gallina al escuchar que Camelia las llamaba. Salieron del comedor, ir hacia las escaleras principales y verla parada ahí, de brazos cruzados, bajo las escaleras hasta estar frente a ellas.—-No sé cuantas veces tendré que decirles a ustedes dos que lo dejen en paz. No quieren que hable con la Srta. Liliana sobre este comportamiento tan fuera de lugar.

—-Lo sentimos Srta. Camelia.—Dice Colet agachado su cabeza.

—-Espero no volver a repetirles lo mismo otra vez. De tantas veces que les he llamado la atención debieron de entenderlo.

—-No se volverá a repetir.—Dijo Crisel.

—-Ahora vallan a limpiar al segundo piso.—Las chicas después de está orden se marcharon.

Pitter mientras cierra su libro y fijar su vista al cuadro frente a él. El cuadro trata de una torre en un lugar remoto de un bosque, el sol se apreciaba desde los árboles pintados, pájaros volando en manada y la figura de una mujer en lo más alto De la Torre. Él se acerca más al cuadro y querer sentir la misma sensación que al estar en la habitación del ala oeste, pero no ocurre nada.

—Amo Pitter. Creo que debemos hablar de algo.—Dijo Horatio frotando su bigote.

—¿Hablar?, ¿Hablar de que Horatio?—Dijo Pitter dirigiendo su vista a la entrada del comedor donde estaba Horatio.

—Solo sígueme.—Pitter camino así Horatio, salieron por la puerta trasera y caminaron por él césped hasta llegar al garaje donde Cromac guarda las herramientas y todo lo que tiene que ver sobre los 3 automóviles que su Tío Luis había conseguido (le costaron mucho) Pitter no entendía que hacían ahí.
—Oye Horatio.. ¿Por qué estamos aquí?
—Es para mostrarte algo.
—¿No era hablar?
El hombre suspira.—Solo dame un minuto!—Pitter acepto.
Después de unos minutos de búsqueda en un cajón encontró una vieja carta.
—¿De quien es esa carta?—Pregunto Pitter.
—La verdad no lo sé, pero el cartero llegó con ella un día después de la muerte de tu tío.
Pitter se quedó asombrado.—Me la puedo quedar..?
—Te traje aquí fue para que la vieras; pero no le digas nada a Andrew o Camelia. Ellos no saben que llegó esta carta.
—Está bien. Será nuestro secreto.—ríe un poco.
—Bueno vámonos antes de que se den cuenta de nuestra ausencia.—Los dos salieron de lugar y se dirigieron a la casa. Pitter guardó la carta en su saco. Cuando entraron cada uno fue por su lado, al lado que les correspondía.

Pitter subió a su cuarto y cerró la puerta, sacó la carta y se sentó en su camastro a leerla.

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Mi querido colega Luis. Estoy tomando un tren directo a Edimburgo, me quedaré durante 4 meses. Creo que podré encontrar el libro que me pediste y los manuscritos que te faltan.