63.

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Narrador protagonista.

Aun con mi respiración agitada viendo a los ojos a Theo me alejo dando un paso atrás librándome de sus manos.

Inhale aire antes de hablar.

— D-Debo ir al tocador, ¿sí?

— Por supuesto, pero Amethyst... ¿Estás bien?

— ¿He? Claro que lo estoy, solo necesito relajarme. No es nada.

— Hm.

Se veía distraído, su mirada estaba hacia otro lado y no presto atención a mi respuesta. No iba a esperar a que me prestara su atención así que me di la vuelta y me aleje de la pista de baile pasando entre la gente hasta acercarme a uno de los elfos que por ahí pasaban con charolas.

— Tu, ¿puedes decirme donde están los baños?

El pequeño se exalto con mi voz.

— P-Por supuesto señorita, p-por allá. — apunto con su pequeña mano.

— Por ese pasillo, es la segunda puerta.

Volteé hacia donde apuntaba y sin decir nada mas seguí mi camino.

Entre al tocador y procedí a lavar mi rostro y mirarme por un rato, examiné mi apariencia mientras que no muy lejos de mi entraban un grupo de mujeres altaneras charlando entre ellas.

— ¿Vieron a la hija de los Malfoy y al hijo de Nott?

— Claro que si, como no haberlos visto. Se veían tan lindos juntos.

— Que tierno es el amor joven, recuerdo cuando éramos así.

Siguieron hasta que se percataron de mi presencia.

— Oh, pequeña. ¿Debes habernos escuchado no?

— Por supuesto...

— ¿No te molesta verdad? Después de todo solo decimos la verdad, tú y ese muchacho hacen muy linda pareja.

Se acercaron a mí.

¿Pareja? Theo y yo no somos más que amigos, pero al parecer ahora todos tienen una idea distinta.

— De hecho, él y yo no-

Me interrumpieron.

— ¡Oh! Me muero por que pasen los años y se casen, seguramente tu boda sera el evento del año, solo imaginen.

— Una Malfoy y un Nott, dos familias dentro de los sagrados veintiocho y con alto prestigio en una unión como esa.

Los nervios comenzaron a fluir en mí, no podía evitarlo; imaginarme aquello no era lo más lindo del mundo para mí. Si mi padre piensa igual que estas mujeres el podría...

No, Amethyst no. Él no te haría eso, respira.

Mientras las señoras seguían con sus comentarios tome aire y hable tomando su atención.

— Aun que me gustaría seguir aquí hablando con ustedes, debo irme. Seguro mis padres se preguntarán dónde estoy.

— Adelante linda.

Asintieron y por fin pude marcharme, al salir del baño aun sentía que me faltaba el aire de solo pensar en aquello, me asustaba lo que pudiera pasar en el futuro y eso era algo a lo que jamás le había temido.

Comenzó a respirar agitada, me faltaba el maldito aire.

Camine apresurada a la salida del salón, necesitaba salir, alejarme de esto un momento; del ruido, de la gente, del peso de mi apellido.

Casi a punto de correr logre salir y alejarme ligeramente del lugar para refugiarme en los jardines del salón, no había nadie más que yo fuera; todo estaba tranquilo y silencioso aquí.

A excepción por el sonido de los arboles siendo golpeados por el aire.

Por fin comenzaba a sentirme mejor, respire hondo varias veces hasta que logre sentir nuevamente como el aire llenaba mis pulmones.

— Parecía que te estabas divirtiendo ahí adentro.

Perpleja giré para ver a la persona dueña de esa voz que conocí de inmediato.

— ¿Qué haces aquí Fred?

— El ministro también invito a mi familia. — Suspiro y se cruzó de brazos.

— Esperaba darte una sorpresa cuando te viera aquí pero el sorprendido fui yo, por cierto, que linda pareja hacen tú y Nott. ¿Cuándo será su boda? Espero estar invitado.

Sentí una punzada en mi corazón después de haberlo escuchado, mierda también él.

— ¿Y? No vas a decirme nada.

— ¿Tendría que hacerlo? — Respondí intentando mantener la compostura.

— Tan inexpresiva como siempre, ¿Amethyst no te cansas de fingir que eres perfecta?

— Fred yo no debo darte ninguna explicación, no te la debo y tampoco la mereces.

— Vaya, es duro oír eso de la persona que casi te besa hace unos días.

— ¿D-Disculpa? Tú fuiste quien me acorralo y comenzó con su tonto juguito de coqueteo y ahora vienes y me tratas como si por eso ya te perteneciera.

No respondió, solo se quedó ahí parado.

— Ahora quien no dice nada, mira si solo venias a fastidiarme ve-

Fui interrumpida por cómo me tomo bruscamente atrayéndome hacia él. Sus manos estaban en las mías hasta que quito ambas y las paso a mi cintura, su tacto simplemente hizo que me estremeciera.

Puso su rostro a la altura del mío y acerco sus labios a los míos, era cierto que quería ese beso, pero... No.

Coloque mi mano sobre su boca y el abrió sus ojos para mirarme perplejo por mi acción.

— Un beso no hará que me olvide de tus palabras.

— No yo no... Esa no era mi intención yo -

— Fred.

— No, Amethyst esa no era mi intención, en serio. T-Tú me gustas de verdad, ¿entiendes? Eres en quien siempre pienso, siempre desde hace mucho te metiste en mi cabeza y me has estado volviendo loco descifrando que eres para mí y ahora que lo sé no quiero arruinarlo.

Sus palabras se habían clavado como flechas en mi corazón, palpitaba tan fuerte en este momento que casi podría asegurar que hasta el podía oírlo.

De verdad me acaba de decir que yo le gusto... Pero él y yo no deberíamos estar juntos, ¿no?

Se supone, pero no lo soporto yo también me siento así.

Esto es una tontería. Grito mi subconsciente intentando que apelara a la razón como casi siempre hacia, pero esta vez el corazón gana, tiene tanta fuerza ahora que ni la razón o mis padres podrían hacerme cambiar de opinión.

Solo eres una niña enamorada, te arrepentirás. Volvió a hablar.

Fastidiosa razón, déjame vivir...

— Fred...

The Malfoy TwinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora