8. ¡Hagan sus apuestas!

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Nada más llegar a casa me encontré que mi padre estaba dormido. Fui a la cocina para beber y me encontré con una nota de mi padre en la que decía lo siguiente:

Espero que llegues pronto, mañana vamos a correr en el circuito del que te hablé. A las 9:00 como muy tarde salimos ya que el circuito está un poco lejos. Duerme bien pequeña, besos.

- Papá


Adoraba a mi padre, pero no adoro despertarme tan pronto después de una fiesta así que me fui a dormir lo antes posible.

 *La mañana siguiente..*


Sonó el despertador y quería volver a dormirme pero no lo hice por que amaba ir a correr en moto cross. Miré mis mensajes y lo primero que vi fue en mensaje de Jake.

Hola pequeña, soy Jake y este es mi número. He hablado con mi padre y esta mañana nos vemos en el circuito de moto cross. ¿Ganas de hacer una carrera y saber que soy el mejor? Jajaja, besos.

Att: Jake.

Enseguida le contesté diciéndole que mentia. Me fui a desayunar y luego duchar para preparar el traje de correr.

Mi padre estaba atando mi KTM y me miró con una sonrisa.

- ¿Preparada? – Me dijo mi padre mirándome orgulloso.

- Nací preparada para esto papá. – Le respondí guiñándome un ojo y él volvió a lo que estaba haciendo.

- Adivina quién me ha llamado esta mañana.

- No lo sé, ¿quién?

- El padre de Jake, no sabía que vivía aquí y hemos quedado para vernos en el circuito. Me dijo que ayer te vistes con su hijo.

- Cierto, ¿y como conseguiste hablar con él?

- Me llamó, Jake le dijo donde trabajaba y buscó el nombre de mi empresa por internet hasta encontrar mi número.

No me acordé que le dije a Jake el nombre de la empresa de mi padre. La verdad que tenía muchas ganas de encontrarme con el señor Hood. Es un señor muy divertido y simpático por lo que recuerdo, era como mi segundo padre en esos tiempos.

Mi padre acabó de atar la moto y me dio un golpe en la espala para decirme que ya era hora de irse.

El camino se hizo largo ya que Austonia es grande y entendí porque mi padre quiso irse pronto de casa. Me sorprendí al ver el circuito, era mucho más grande que el de mi antiguo pueblo, tenía más emoción y las motos no es que fuesen muy pasadas de año. La mayoría de motos como mucho tenían tres años y yo no tenía que ser menos por lo visto.

Aparquemos y enseguida nos recibió el dueño del circuito.

- Buenos días, soy el señor Walker. Gracias por venir a nuestro circuito, si quieren les enseño esto.

El señor Walker es un señor alto que aparenta unos 52 de edad por su pelo canoso. Parecía tener un acento extranjero pero habla muy bien nuestro idioma.

- Muchas gracias señor Walker, yo soy Adam y esta es mi hija Odette. – Se dieron la mato amistosamente y yo asentí.

- Oh Adam, eres el hombre que me habló ayer por teléfono. Ya decía yo que su coche no lo conocía.

- Sí, soy yo.

- Bueno pues acompáñenme.- Dijo amablemente y lo seguimos.

El señor Walker nos enseñó el bar-restaurante  con una terraza donde se podía ver todo el circuito mientras tomabas un refresco. Por dentro estaba todo decorado con pósters y camisetas de los corredores que habían llegado lejos pero antes habían entrenado en este circuito. Cada uno estaba firmado y algunos con alguna dedicatoria o con una foto al lado. La verdad que deseaba ir a correr y acabar la ''vista turística''.

Por fin nos decidimos ir a la furgoneta y empezar a preparar la moto para correr.

Estaba poniéndome el traje y al acabar vi que mi padre estaba hablando con alguien y fui a ver quién era.

- ¡Odette, pero que grande estas! – Me dijo entusiasmado -Ya no puedes ser mi pequeña. – Me dijo bajando la cabeza y luego dándome un abrazo.

Para la familia Hood era como su hija pequeña adoptiva, igual que Jake lo era para mi família.

- Señor Hood, ¿cómo esta después de este tiempo?

- Pues mucho más viejo, como debes ver.- Todos nos echemos a reír.

Hood y mi padre se pusieron a hablar y yo me acerqué a Jake.

- Volvemos a los viejos tiempos, te echaba de menos Od. –Me susurró Jake y yo le di una mirada y una sonrisa para luego abrazarnos.

Después de contarnos media vida de cada uno nuestros padres nos dieron la idea de correr.

- ¡Hey Walker! ¿Qué tal si apostamos por quién ganará la carrera como en los viejos tiempos? – Dijo el padre de Jake dándole un codazo a mi padre.

- Pues yo apuesto por mi hija, tu hijo hace bastante tiempo que no corre moto cross.

- Tienes razón, ¡pero nunca hay que perder la esperanza!

- Cierto. Bueno yo apuesto por mi hija.

- Vale, pues yo apostaré por mi hijo. Alguien tendrá que apostar por él el pobre... -Todos reímos ante ese comentario menos Jake, quien miraba mal a su padre.

- Papá.. – Dijo Jake.

- No pasa nada Jake, todos sabemos quien es el mejor. –Le dije para molestarlo.

- Eso ya lo veremos Odette... – Me dijo mirándome por encima del hombro.

Esto está muy interesante. Está claro quien ganará, ¿o no?

- ¡Señores y señoras, hagan sus apuestas! – Dijeron nuestros padres a la vez.

El sexto vagónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora