ACERCAMIENTO I

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TYSON

Baje de la habitación con un pensamiento en mente: las cosas con Zoe nunca volverán a ser lo mismo. No podía explicar el nivel de dolor que sentía en el pecho por lo que había pasado con Zoe durante mi encuentro con Artemisa. No me arrepentía de haber hecho lo que hice con las cazadoras y que habían quedado ciegas por la granada que había usado con ellas, se lo merecían. Yo no había salido rumbo a la arena con la intención de enfrentarme a nadie sino de preparar un entrenamiento con autómatas. Pero simplemente ella estaba con su pensamiento en defender a Artemisa y sus cazadoras, poco o nada le importo respetar mi duelo y menos que Artemisa me atacara de manera desleal desde el suelo. Percy me esperaba en la puerta y ya traía su capucha puesta, también la pulsera, pero ya había algo diferente en él, se notaba en la forma en como había afrentado el duelo con Artemisa.

—Vamos, necesitamos un poco de refuerzos —caminamos un rato por el campamento entre el bosque para poder aflojar mi pierna, aún sentía un escozor y pinchazos mientras caminaba, pero con la medicina que me había dado Silena en una horas ya podré caminar con normalidad y volver a entrenar.

—¿Qué tienes en mente? —si necesitábamos refuerzos de seguro era porque tenía un proyecto en mente. Ya me había pedido antes que junto con Beck hiciéramos un arsenal descartable para tener armas con ataques específicos, sería para los líderes del campamento.

—Necesitamos un poco de tus granadas —lo mire con una cara de desconcierto.

—Interesante —chocamos puños.

—Dejame ver donde esta Hestia —después de unos minutos abrió un portal rumbo a un lugar que no podía identificar.

—¿Dónde estamos? —me giró para poder ver una estructura, era un templo, se veía como una ruina, pero cuanto más nos acercamos pudimos ver como se veía realmente, era increíble.

—En Roma, es uno de los templos de Vesta —cuando escuche lo que me decía no podía encontrar la lógica de porque estábamos aquí.

—¿Vesta? —siguió avanzando sin decirme nada hacia una sala principal donde todo era inmaculado con banderolas de lino blanco, una gran hoguera de fuego puro y cálido, alumbrado por todo lado, no había lugar de penumbra todo tenía una lampara iluminando y en el frente una imagen de bronce pulido como si fuera un espejo de Vesta, la forma romana de mamá era más seria, más imponente.

—Es la contraparte romana de Hestia, veras, en la antigüedad en el periodo griego a Hestia se le adoraba en todos los templos en primera instancia antes que cualquier dios, por lo que no hay un templo propiamente dedicado a ella, en cambio en la era romana era una de las diosas más respetadas y en las inmediaciones de este monte Palatino en Roma tiene uno de los templos y santuarios más emblemáticos —me quedé impactado de las cosas que estaba viendo, se podía ver gente pasando de un lado a otro con guías turísticos, pero creo que no podía ver lo que nosotros veíamos.

—Woooooo se ve impresionante —Percy me hizo un gesto para que le siguiera hacia un muro donde estaban escrito el nombre de Vesta en latín con una llama tallados en mármol. Percy reviso si había gente alrededor y al no ver a nadie extendió su mano y la puerta se corrió para que pudiésemos entrar y bajar por unas escaleras donde estaba Hestia en su forma romana, al vernos nos sonrió con esa sonrisa tan cálida.

—Debiste ver lo que era este lugar en su mejor momento lleno de gente, alegría, familias enteras, música, comida, eran otros tiempos —ella nos iba contando todo mientras bajábamos por la escalera hacia una hoguera y un salón lleno de lámparas, unos sofás y cuadros de los dioses en edades antiguas.

—Mamá —dijo Percy sacándose la capucha. Por un momento pensé en el tiempo en que Percy rehuía a reunirse con ella y la forma en que ahora se dirigía a ella me trajo tranquilidad y me transmitió tranquilidad sobre lo que también pasaba en mi mente.

El uno para el otroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora