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TYSON

Los cuatro meses pasaron volando, de trabajo en trabajo y haciendo toda construcción para que el ejército del Caos se reuniera en el campamento. Hoy finalmente llegan los chicos. Ha sido una temporada difícil, al menos para mí. Le doy gracias a los dioses que Percy siempre se mantuvo en contacto conmigo, no hablábamos mucho, pero a menor se mantenía en contacto. Fue como mi psicólogo personal, me escucho más de lo que habló, pero era algo, sabía que las cosas no estaban bien, no quería hablar sobre ello y nadie y menos yo podíamos obligarlo. Nadie sabe que nos comunicamos y eso me tranquiliza, sobre todo porque no quería que supieran como estaba, me estaba acostumbrando a mi vida sin Zoe, sobre todo los primeros días que regrese fue un poco difícil. Pero la cantidad de semidioses que había era increíble, los campamentos habían sido unificados porque no querían luchar en dos frentes, asi que todo fue un Caos al comienzo, luego ya no tanto.

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Luego de salir de Olimpo me dirigí al lago, me transporte directamente al agua, necesitaba un poco de tranquilidad que el agua me daba, a pesar de que Poseidón me había hecho a un lado sus poderes no me habían abandonado, a diferencia de Percy que renuncio a todo lazo con Poseidón porque ahora tenía la bendición de Pontus y eso lo hacía tener un dominio sobre el agua más poderoso que un hijo de Poseidón, yo solamente había roto mi lazo sentimental, pero conserve mis habilidades sobre el agua, aunque quien sabe tal vez después de lo de hoy tenga problemas con eso. Después de un tiempo salí del agua y me encontré con la figura de Hestia que estaba sentada esperando a que saliera.

—Lady Hestia lamento haberte hecho esperar —se me acerco para darme la mano y ayudarme a salir del agua. —Perdón por lo de hoy... yo... —empecé a excusarme con ella por mi comportamiento duro en la sala del trono.

—No te preocupes Tyson entiendo tus razones... estas más que justificado —dijo ella con una sonrisa amigable, siempre había sido como una madre para todos nosotros, algunas veces que veníamos hacia el lago ella pasaba la tarde con nosotros y nos alimentaba y nos contaba sobre el mundo. —¿Que sabes de Percy? —pregunto un poco desilusionada.

—Él está bien... como sabes él tiene un entrenamiento especial, así que está muy ocupado, pero dentro de poco le veras —no quería mentir, pero yo sabía que Percy no es que no quisiera ver a Hestia, sino que no quería preocuparla, ni mucho menos dejar que se entere que tenía problemas de comunicación con su campeona. Hestia asintió ligeramente como si sintiera que estaba ocultándole las cosas, pero menos mal que no se atrevió a preguntar más. —Quisiera tomar prestados a los ciclopes que están bajo tu cuidado, si estás de acuerdo —ella lo pensó por un momento y luego asintió.

—Claro que sí, han estado mucho tiempo en tranquilidad, es tiempo que hagan algo diferente —sabía que habían estado asignados a los santuarios de Hestia para que pudieran estar en paz y lejos del radar de los dioses.

—Iré a buscarlos cuando tenga el alojamiento preparado —primero quería ver si tendría una cabaña en la cual quedarme que fuera amplia.

—Claro, está bien —sabía lo que tocaba en la agenda.

—Supongo que tendré que encaminarme hacia el campamento —dije de manera sugestiva a Hestia. Quien me tendí la mano y nos transportó hacia la entrada del campamento.

—¿Listo? —preguntó animadamente, tenía un poco de pánico, no quería tener que contar toda mi historia. Cambie mi apariencia a la que poseo con la bendición de Aether. Hestia me miro de pies a cabeza por un segundo y luego sonrió pícaramente —OK... esto va a ser interesante —dijo riendo un poco, no pude evitar sonreír también.

El uno para el otroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora