¿Tú? ¿Mi mejor amigo? Já

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Recorro la habitación preocupada. ¡No! ¡No! ¡Maldición! ¡No está! Así de fácil: ha desaparecido. Ya había dado todo un rastreo incesante por toda la casa, y ese era mucho trabajo. Pero no había señales de mi querida libreta azul. Y no era cualquier libreta, era LA libreta. En ella tenía varios escritos y textos que hablaban de mí, de lo que sentía, de lo que pensaba, de mi familia. ¡De mi familia! Ruego que ninguno de ellos haya osado a leerlo.

Salí del cuarto y recorrí el pasillo con la mirada al suelo, baje las escaleras hasta llegar a la cocina. Busqué entre todo el papeleo y basura que estaba en el rincón sobre una mesa. Ni rastro. Regresé a mi recamara mordiéndome la uña del pulgar derecho, me quedé parada en el umbral y husmeé con la mirada. Veamos, ya revise en el carro, mi mochila, en los cajones, mi cama, debajo de mi cama, el escritorio, el baño, mi cama... ¿No ya lo había mencionado? Huumm, nunca está de más buscar otra vez. Observé el bulto encima de esta. Ropa y más ropa regada por todas partes. Cualquiera podría entrar a mi cuarto y encontrar a Nemo, o al león, la bruja y el ropero de Narnia. Pasé minutos sacudiendo la ropa, cuando me cansé me recosté con brazos abiertos y cerré los ojos. Pasaron si serán unos minutos hasta que oí dos golpecitos en la puerta y al abrir ya estaba esa mujer de cabellera castaña y colocha, ceño fruncido y brazos en jarras.

–Hola Jade –salude con media sonrisa. Ya sabía a lo que venía.

–Levántate, haz tu tarea –dijo dando media vuelta–, ve a comer y luego guarda los trastes.

Salió de la habitación sin esperar un "Ok" o "está bien" de mi parte. Suspiré y me senté en mi cama, no había descansado desde que llegamos de la escuela, mejor dicho desde que me di cuenta que mi libreta no estaba en su cajón. La había buscado en el último lugar donde recuerdo dejarla, y ese es el problema: la última vez que la tuve fue hace tres días cuando fuimos a ver a mi tía, después pasamos a comprar y todavía la tenía, de ahí no me acuerdo si la cargaba conmigo o no.

Me levanté y fui directo a encender la computadora mientras guardaba los trastes, me serví comida y senté enfrente de la lap a comer y avanzar con mi tarea. Luego de terminar con la tarea para entregar mañana, abrí mi correo.

Deslizo el mouse y rápidamente un cosquilleo se instaló en mi nuca y un escalofrío recorrió mis brazos cuando empecé a leer el asunto ‹‹My Infinity Sky››. ¿Cómo? ¿Una coincidencia? Pero si... Mi... Es el mismo título que tengo escrito en la libreta que perdí.

Joder. Aguanté la respiración y le di clic al correo, abrió al instante y comencé a leer con ya dedos temblorosos.

De: your.best.friend<3@hotmail.com
Antes de que cierres este correo pienso que deberías echar un vistazo abajo.
‹‹ Y creo que empezaré desde el comienzo, porque así inicia todo, y yo no soy la excepción. No sé qué pensar de ti, ni siquiera se tu nombre. Vale, no sé nada. Pero tal vez sea mejor así, tú sabrás todo acerca de mí mientras que yo no sabré ni papas de ti. Tal vez de esa forma pueda seguir escribiendo e igualmente tú seguirás leyendo. Porque es seguro que en ti hay una pasión por las letras muy semejante a la de un escritor. Por eso y antes de que continúes, quiero expresar que tú serás a partir de ahora mi mejor amigo, como un gran guardián de palabras. Un confidente.›› En ese caso, considérame tu confidente número uno.

De seguro que mi mandíbula cayó hasta mi teclado, y si no fuera por Jade quien entraba a la cocina entonces hubiera soltado un par de insultos a... ¿Quién lo enviaba? Mi vista se posó hasta el notario ‹‹Your best friend››. Que chistosita, hasta le puso un corazón.

Di clic a ‹‹Responder›› y me removí en la silla. ¿Qué le pondría? ¿Qué quería? ¿Era una broma? Ojalá, tal vez, pero ¿cómo tiene mi libreta? Dios, ¿por qué la habrá leído? ¿Por qué la habré escrito? Huumm, eso me dio una idea.

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