XII Bouquet

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Doceavo Bouquet
Epilogo, Pétalos de Crisantemo;
"Ningún amor será comparable al nuestro"

Aunque quien salía perdiendo en esos momentos era cierto pelirrojo que ni estaba de visita ese día. - <<Wallace Rudolph West, voy a...>> - Solo se escucho el inicio de la conversación de un molesto Richard que ya no quería seguir esperando ante de iniciar su vida con su amado. Hubo algunas risas, algo de pena ajena, y sobre todo, felicidad ya que ese momento había sido completamente hermoso, llevadero y habían logrado su cometido. Lo que hizo que aquella feliz pareja pudiera compartir un casto beso en el cual sentía que podía escuchar su canción favorita como la primera vez que beso esos carnosos labios hace un par de años atrás.

Luego de poner las cartas sobre la mesa, terminar de discutir que haría Tim de hora en más para que pudiera ayudar a la familia desde casa, y mas aún como llevarían su familia ahora ya que estarían un poco alejados de ser vigilantes cuando llegara su pequeño al mundo. Fue así que la familia celebro con un delicioso desayuno, dieron la noticia a todos los que faltaban y al terminar ambos jóvenes se decidieron a ir a casa para descansar y comenzar con algunas rutinas más relajadas. Mientras en la mansión Wayne eran sus otros hermanos los que quedaban un momento a solas pensando en lo que había pasado.

- Cada día estas más susceptible Richard, ¿Cuándo le dirás? - Pregunto Damian al mayor de sus hermanos que ahora se sentaba y acariciaba un poco su propio vientre, mientras se reprendía a si mismo por haberse salido de control y comenzar a corretear a Jason por la mansión cuando el no tenía mucha moral para hablar. Aunque al final se detuvo y regreso solo para reclamarle a Wally sobre su lejanía cuando sabía que el chico estaba haciendo hasta lo imposible para verse "Digno" delante de un Wayne. Aunque lo cierto es que eso podría importarle menos, incluso para el que venía del circo era mucho espectáculo para el gusto a veces. 

- Pronto, tampoco creo que podre seguí ocultando mi vientre por más tiempo y dejándole todo mi trabajo a Babs. - Expresaba este mientras sentía como Damian se acomodaba a su lado y con mucho cuidado apoyaba su cabeza en su estomago con una clara intención de saber lo que estaba pasando adentro (Lo cual no era posible y solo demostraba su inocencia al tema). - Aún es pronto para eso Babybat. - Explicaba este, pero en realidad no le molestaba, mucho menos cuando veía al azabache tan tierno como un pequeño gatito curioso. ¿Qué podía decir? Estaba enternecido por esos mismos.

El día paso con tranquilidad, pero ya cuando dieron las horas de la tarde Dick fue al jardín sintiendo la necesidad de tomar algo de aire fresco y caminar un poco, ya que siempre decían que era bueno para la salud, y mas cuando se estaba en espera de un cachorro. Vio el atardecer, como el sol se ocultaba y el cielo se teñía de todos esos tonos de rojo, naranja y rosa que le daban una gran calma, mientras la brisa fresca contrastaba en su rostro. Inhalo con fuerza antes de que su calma se viera "interrumpida" cuando Titus dio algunos ladridos emocionado y escuchaba la voz de su amado que pedía que se calmara.

Tenía que admitirlo, le gustaba verlo, quería lanzarse a sus brazos y llenarlo de besos, pero tampoco se lo iba a dejar tan fácil. Vio como el pelirrojo se acerco con una pequeña caja de regalo que tenía algunos agujeros los cuales no comprendió hasta que escucho lo que parecía un suave ladrido pidiendo algo de atención o en su defecto libertad. El azabache que estaba antes cruzado de brazos alzo la ceja completamente confundido. - ¿Que es...? - No le dio tiempo de decir algo cuando Wally le hizo una pequeña seña para que lo dejara hablar, pero antes le hizo entrega de aquella caja que no dejaba de moverse.

Dick aparto al lazo y unos pequeños seguros antes de quitar la tapa y encontrarse con un pequeño Pitbull que ahora parecía feliz de ver la luz mientras el lo acariciaba y sacaba de ese lugar para ponerlo en sus piernas y acariciarlo, antes de que su amado pelirrojo se acomodara a su lado y tomara una bocana de aire antes de comenzar. - Tengo miedo Dick,...- Expreso este con calma, o por lo menos con la más que podía. - De no ser suficientemente bueno, de no dar la talla, de que me vean junto a ti piensen que soy un Don nadie y no puedo darte nada. - Expreso este y el azabache sonrió una punzada de dolor y no porque el pequeño cachorro ahora mordía su dedo, sino por lo que se amado decía.

- He pensado mucho en esto últimamente mientras trabajaba como loco ¡Es increíble que fuera el mismo Jason quien me diera una lección! - Dick fácilmente pudo notar la amargura en aquellas palabras que ahora salían de los labios ajenos, pero sabía que algo iba a pasar, pues el pelirrojo estaba completamente decidido a hacer algo. - No vengo de una familia rica, no tengo padres adinerados, cosas cotosas, renombre o fama, pero... - Hizo una pequeña pausa y de uno de sus bolsillos saco una pequeña caja, de la cual hizo entrena al azabache que la abrió y vio una pequeña placa en blanco para poner el nombre del pequeño que ahora descansaba en su regaño.

- Vengo de una familia humilde, de padres trabajadores al igual que su hijo, donde la mayor riqueza es el amor y el respeto que nos tenemos, y el mayor tesoro es nuestro hogar donde la seguridad y la calidez jamás faltara. - Wally seguía hablando con elocuencia, desesperando a Dick quien ya quería saber de que se trataba todo aquello, pues aunque ya tenía la idea no quería emocionarse o ilusionarse. - No tengo mucho dinero, pero si un hermoso hogar que darte, un auto para salir a pasear, un amigo peludo para que nos haga compañía cada día. - Decía este acariciando las orejas del pequeño cachorro. - Y lo más importante... - Esta vez el pelirrojo se levanto se acomodo frente a el y se arrodillo haciendo que los ojos del azabache se abrieran como platos en lo que sacaba una caja de terciopelo azul. - Richard John Grayson-Wayne, puedo darte todo de mi; mi vida, mi corazón, mi alma, todo mi ser si aceptas casarte conmigo. - Sentenció este mostrando aquella hermosa joya en la caja de terciopelo.

Hubo un momento de silencio antes de que el azabache rompiera el llanto y así mismo dejara al pequeño Can con cuidado a un lado de la banca, antes de abrazar a su amado y así darle un dulce y fogoso beso para que este comprendiera que aceptaba la propuesta. En su defensa; si bien su padre se había enamorado de un campesino de Kansas que se había convertido en un exitoso reportero (Aunque el mismo fuera Superman), el podía enamorarse y casarse con aquel encantador velocista que era un loco por la ciencia y la mecánica. - Acepto eso con todo gusto, pero... - Este vio el terror un momento en aquellos hermosos ojos verdes que tenía su amado pecoso. - Solo que no será un cachorro, sino dos. - Expresaba este esperando la reacción de su amado, y no pudo estar más satisfecho cuando de padecer un infarto. Estaba por llorar mientras abrazaba su vientre y lo acariciaba agradeciéndole por todo lo que le había dado en esa vida.

Love of my Life ~ JayTim OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora