⚠Como todas mis historias habrá contenido +18 y violencia⚠
Un bárbaro en busca de tierras repletas de riquezas se topará con diversos problemas en su camino.
Las cosas se tuercen, todo por capricho de la diosa de la muerte, Hela, quien tiene bajo s...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Palabras: 6601
Holii, espero que se esté entendiendo bien todo, por algún motivo siento que no explico demasiado bien las cosas en esta historia 😅
Siempre que tengáis alguna pregunta sobre algo que no hayáis entendido sois libres de hacerla.
Gracias por todo y espero que lo disfrutéis mucho ^^ Muy pronto subiré el siguiente capítulo, ya lo tengo planeado y lo estoy escribiendo jeje •°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°
Llevaban horas navegando, habían pasado la noche en la barca, el resto de la mañana y parte de la tarde del día siguiente, los dos estaban agotados, ansiosos por ver tierra, el que remaba ahora era Bakugou, y lo hacía con cansancio, bastante irritado además.
- Oye, querida diosa, ya que estabas podías haberte esmerado un poco más en seducir a esos hombres para que te dieran un jodido barco en condiciones provisto de alimentos y una buena cama donde poder dormir.
Freya, que estaba tumbada en el suelo, con uno de sus brazos colgando de un extremo de la barca, alzó su rostro, lanzándole una mirada de pocos amigos.
- Ya... Es que era todo lo que tenían, por mucho que los engatuse no van a obrar milagros. A mí también me habría gustado tener un buen barco, así que no te quejes.
- ¿No puedes usar tus poderes? Tendrás alguno que pueda transportarte a los sitios, por algo eres una diosa.
- A ver corazón... -Freya resopló y se irguió hasta quedar de nuevo sentada frente a él, con sus piernas juntas y sus codos apoyados en ellas.- Mi único poder aquí es el de despertar intereses lujuriosos en alguien o hacer que dos personas se enamoren, nada más, cada dios tiene su función, el único que puede teletransportarnos a Asgard es Heimdall y... Adivina que... ¡Está convertido en piedra!
- Pff... Pues vaya mierda.
- Es lo que hay. -Se encogió de hombros.- Quizás te hubiera gustado más la compañía de algún otro dios, pero te ha tocado estar conmigo, así que te jodes.
- Me están entrando ganas de golpearte, y creeme, me da igual que seas una diosa o una maldita mujer.
- ¿Ah sí? -Hizo un puchero infantil.- ¿Te pongo de los nervios? Que pena...
Bakugou frenó el movimiento de sus brazos, dejando ver sus dientes apretados mientras se encorvaba poco a poco, gruñendo como un animal enfurecido y a punto de atacar, pero la expresión cargada de sorpresa de la chica al mirar más allá de él le suavizó rápidamente.
- Tierra...
Bakugou se volteó y abrió sus ojos de par en par al divisar a lo lejos una ciudad. A ambos les invadió tal ola de alegría que se olvidaron de su pequeña discusión enseguida, Freya le ayudó a remar a pesar de que Bakugou le vociferaba para que le dejase a él solo, pero la diosa era testaruda y no iba a dar su brazo a torcer.
