—No hay rastro de ella, he estado investigando, solo se sabe que abordó un avión privado en compañía de su primo, el destino es desconocido.
—Sigue buscando, esa perra no se saldrá con la suya, busca a los rusos, ofrecerles dinero, haz lo que sea necesario pero encuéntrala.
—Si señor.— mi hombre de confianza se retiró.
Salí a la terraza, la vista que tenía en mi departamento de la ciudad era jodidamente hermosa, el sol se estaba ocultando.
Apoye mis manos sobre la baranda, no saber el paradero de esa perra comenzaba a frustrarme, es que ya habían pasado dos años desde que ella se habia marchado y aún no había rastro de ella.
Si fuera otra persona lo dejaría pasar, me olvidaría del asunto pero era ella...supongo que el odio muchas veces nos lleva a hacer cosas estúpidas.
Encendí mi auto, conduje hasta el Valhalla, las chicas ya estaban ahí acompañando a Indra, Menma y el resto del grupo comenzó a llegar poco a poco, las luces neon iluminaban el vip, música y alcohol, drogas y sexo, amor y odio...el dolor en mi pecho, los recuerdos en mi mente.
Indra tomo una píldora una vez que entramos a su habitación acompañados de un par de chicas, Indra tomo un par de píldoras más cuando una de ellas se arrodilló frente a él, la fantasía envolvió a Indra, la chica le siguió el juego, él fue amable con ella y es que entre mejor mentian más creíble era para nosotros.
Tome a la otra chica una vez que me encontré lo suficientemente drogado, me incline para oler su cuello, mordí este sin cuidado, besé sus labios, estruje sus pechos, la escuché gemir, cerré los ojos y al igual que mi hermano yo simplemente me entregué a toda esa farsa.
Un juego perverso.
Una mentira.
Una obsesión.
Salí del baño después de darme una ducha con agua fría, jeans, camisa blanca y mocasines rojos, tome mi Rolex de oro amarillo para después colocarmelo.
—¿Saldrás?— cuestionó Indra, él había pasado la noche en mi departamento, se encontraba sentado en el sillón, su laptop en la mesa de centro me indico que estaba trabajando...o al menos lo intentaba, últimamente todo era un intento de algo que una vez llegó ser una vida normal.
—Si, tengo unos asuntos pendientes, algo me dice que Sasuke vendra por nosotros y yo quiero estar listo cuando eso pase.
—¿Que hay del detective?
—Es un imbécil, lo investigue, kakashi Hatake, su esposa lo dejo después de que su hija murió, pasa sus días resolviendo casos, no tiene a nadie, si se vuelve un problema será fácil borrarlo del mapa, nadie preguntara por él.
—Solo arregla todo lo que se jodió.
—Lo haré.
Salí de mi departamento, conduje por más de una hora, mi destino, una mansión alejada de todo, los árboles la rodeaban, solo un par de empleados se encargaban de la casa.
—¿En dónde está?— cuestione al ama de llaves una vez que ingresé.
—Arriba, lleva días en su habitación.
Subi las escaleras, camine por el largo pasillo hasta que llegue a la última puerta, sin tocar ingresé, el ruido de la regadera me obligó a tener que esperar sentado en la cama.
Mire la habitación, botellas de alcohol vacías aquí y allá, sobre uno de los buros había más de una decena de paquetes vacíos, era evidente que cada vez consumía más pero aún no lo suficiente, el límite entre la cordura era justo lo que yo quería, a milímetros de la locura, algo fácil de romper, quebrar, un mounstro no se crea tan fácilmente.
—¿Que haces aquí?—cuestiono una vez que salió del baño.
Sonreí al verla, tan destruida y vulnerable.
— Pensé que tal vez la droga se había terminado, traje más, tu consumes como si fueran dulces.
—¿Y eso qué?, tomas de mi cuenta el dinero, no es como si tú pagarás por ella.
— Debes ser más amable conmigo, cuido de ti, te dejo vivir en mi casa, me encargue del escándalo y aún así eres grosera, ¿Que clase de educación te dieron tus padres?— dije al tiempo que me acerque a ella, con rudeza la tomé del brazo y la acerque a mi cuerpo, la toalla que cubria su cuerpo termino en el suelo debido al movimiento ejercido.—Debes ser más agradecida.
—Yo no te pedí ayuda.
—No, no lo hiciste, pero aquí sigues ocultándote, tal vez ya lo olvidaste pero bueno yo puedo recordarte que por tu imprudencia una mujer y su bebé murieron después de que los atropellaste por ir ebria detrás del volante, tus padres te dieron la espalda, sin mi estarías pudriendote en la cárcel, sin mí no eres más que una estúpida adicta a las drogas, tus padres te dieron por muerta, no tienes amigos, nadie te ama, estás sola...sin mí no eres nada, no eres nadie así que deberías cuidar el como me hablas, respétame.— dije al tiempo que tome uno de sus senos, comencé a acariciar su pezón, ella cerró los ojos, un gemido se escapó de sus labios.
—Lo haré....no volveré a ser grosera, lo lamento...Ashura— jadeo cuando mis dedos irrumpieron en su interior, sonreír cuando comenzó a humedecerse, era fácil hacerla rogar por más.
—Lo dejaré pasar...solo está vez, y para demostrarte que no soy rencoroso yo te he traído buenas noticias— me incline y bese sus labios, ella correspondió el beso, su lengua contra la mía, mis dedos entrando y saliendo, su cuerpo temblando contra el mío.— Después de mucho investigar yo al fin he descubierto quienes fueron las personas que lo mataron.
Ella se alejo, me miro fijamente.
—¿Quien fue?
Sonreí.
—¿Que harás cuando te de los nombres ?
—Destruire todo lo que amen y si no tienen nada entonces solo acabaré con ellos.
—Eso suena cruel...me agrada, de rodillas.— dije al tiempo que desabroche mi pantalón, saque mi miembro, estaba duro, dolía...supongo que la maldad me exita, el poder tal vez, ella obedeció, gateando se acercó a mi, metió mi miembro en su boca, la tomé del cabello, marqué el ritmo.— Haruno Sakura y Sasuke Uchiha..ellos lo mataron, tu amado Itachi Uchiha murió por culpa de ellos y ahora es tu turno de acabar con ese par...pequeña Ino.
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Puccalovelin
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