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Intenté tomar aire, llenar mis pulmones con oxígeno pero cada intento fue inútil, yo nuevamente me había excedido en la dosis y justo ahora la taquicardia comenzaba a joderme, comencé a sudar, sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo.

Intenté ponerme de pie, hice a un lado a la rubia que se movía encima mío, la empuje con fuerza, ella callo al suelo, mire en dirección al sofá que se encontraba frente a la cama, Indra se encontraba ahí follando con una chica, ella gritaba que parará pues estaba siendo sumamente rudo,  él simplemente se nego a escucharla.

Yo camine al balcón, intenté tomar aire, todo comenzó a dar vueltas, y de pronto caí al suelo.

El mundo se volvió negro.

Azul.

Rojo.

Rosa.

Un estúpido color rosa, verde sus ojos, su rostro, su maldita sonrisa.

Mierda.

Abrí los ojos, el cuerpo me dolía, la garganta me ardía, el olor a medicamento y desinfectante me asqueo, estaba en el maldito hospital, mi padre se encontraba recargado en la pared frente a la cama, él me miraba fijamente, nego con la cabeza una vez que me incorpore sobre la cama.

—No espero nada de ti y aún así me decepcionas, ¿Acaso esperas terminar igual que tu madre?— cuestionó al tiempo que encendía un maldito cigarro.— es la segunda vez esté mes, Ashura tuviste otra puta sobredosis de la mierda que te metes, pudiste haber muerto.

Sonreí.

—No finjas que te importa, por qué ambos sabemos que no es así.

—Me importa por qué es mi apellido el que estás manchado, tu y tus malditos vicios están provocándome un jodido dolor de cabeza, Ashura esto no puede seguir asi.

—Las cosas han Sido así siempre padre, no pidas que cambie por qué eso no pasará y si muero de una puta sobredosis que así sea, morir drogado follando con chicas lindas no es una muerte horrible, ¿Dónde está Indra?— cuestione al tiempo que me arrancaba las putas agujas de mi brazo.

—Indra está en una clínica de rehabilitación, pasará ahi mucho tiempo al igual que tú, me cansé de sus excesos.

—¿Qué?— cuestione al tiempo que volvía la mirada a él.

—Lo que escuchaste, tú y tu hermano pasaran un largo tiempo desintoxicando su maldito torrente sanguíneo, mañana por la tarde te darán de alta, tomarás un vuelo a Noruega y ahí permanecerán dentro de una clínica de rehabilitación.

—No puedes hacer eso, Gia se preocupara por él.

—Puedo hacerlo, soy su padre, Gia cree que tú hermano.esta en Italia por negocios, te recomiendo que vuelvas a esa cama, esperes a que alguien venga y te coloque nuevamente los sueros, descansa hijo mío.

Mi padre salió de la habitación, minutos después una enfermara ingreso a la habitación, ella coloco nuevamente jeringas en mi brazo, ajusto el gotero y salió de la habitación.

—Mierda.

El chófer de mi padre conducía por las calles de la ciudad rumbo al aeropuerto, el avión privado de mi padre esperaba por mi, viajaría hasta Noriega...o al menos eso era lo que mi padre creía que pasaría y es que no estaba en mis planes pasar mi maldito tiempo desintoxicandome. 

—Necesito ir a mi departamento, por favor.

—No iremos a tu departamento, estoy cansado de juegos Ashura, iremos directo al aeropuerto.

—Necesito ir a mi departamento, si quieres que coopere en este asunto de la clínica entonces yo te pido que me dejes coger la fotografía de mi madre la cual se encuentra en mi maldito departamento.

Mi padre suspiro, le dió la orden al chófer este cambio la dirección y pronto nos encontramos frente a la torre de departamentos, una torre de departamentos bastante exclusivos, más de doscientos departamentos de lujo, todos y cada uno de ellos propiedad de mi hermano y mía.

Baje del auto, mi padre y su chófer me siguieron de cerca, supongo que no querían que escapara, sonreí ladino.

Ingresamos al elevador, las puertas se abrieron justo en el piso donde se encontraba mi departamento, teclee la contraseña y seguído de mi padre y su perro ingresamos.

—Ire a mi habitación, será solo una segundo— mi padre y su chófer esperaron en la sala, yo ingresé a mi recamara, cerré la puerta con seguro y posteriormente camine hasta un espejo se cuerpo completo que se encontraba aun costado de mi cama, lo movió como si estuviera abriendo una puerta y es que eso es lo que era, una puerta que me daba acceso al departamento de a lado, y lo que Indra creyó que era una estúpida idea se volvió bastante útil para escapar de mi padre, baje por el ascensor hasta el estacionamiento, de entre todos mis autora elegí una camioneta, salí del estacionamiento y me aleje de la torre.

Llamé a un par de amigos, ellos me debían algunos favores y para pagarlos tendrían que sacar a Indra de la clínica, una tarea bastante fácil para la clase de amigos que tenía.

Prometieron no tardar más de una semana, yo no tenía muchas ganas de esperar por Indra en Japón así que pase por mi pasaporte y visa a casa de Indra y posteriormente compre un vuelo a los Angeles, mi destino era casa en la playa que Indra compro meses atrás.

Una lujosa mansión frente al mar, un amigo la cuidaba por nosotros, él fingía que la propiedad era de él, a nosotros nos daba igual.

La música sonaba a todo volumen, los días de fiesta no habían parado desde mi llegada a los Angeles, tres días seguidos de gente aquí y allá, todos bebian, se drogaban eh incluso follaban.

Una píldora debajo de mi lengua, el alcohol quemando mi garganta y los recuerdos agobiando mi mente.

En mi vida había cometido ya tantos errores, jodido la vida de tantas personas...y todo por amor.

Mire en dirección a la playa, ahí la gente bailaba sobre la blanca arena, las olas de mar chocaban contra está, los latidos de mi corazón se aceleraron, la droga comenzaba a hacer efecto.

Mi cuerpo solo dejo de ser mío, era como su estuviese flotando, mi mente completamente vacía, cerré los ojos, disfrute de la música.

Cientos de colores reemplazaron la maldita obscuridad de mi interior, la maldita obscuridad de mi vida, las drogas...siempre las malditas drogas.

Puccalovelin

Ashura ColorsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora