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Tres días después ingresé a la clínica de rehabilitación, no era tan malo, una enorme mansión con decenas de habitaciones, canchas de tenis, campo de golf, una piscina y todo en medio de las verdes montañas se Noruega.

Incluso el aire era más limpio.

Después de colocarme la que era obligatorio utilizar en la clínica yo me dirigi a la piscina del lugar, dijeron que por las tardes eran las juntas y el resto del día yo lisa hacer lo que me diera la maldita gana.

Quería nadar, sumergirme al fondo y permanecer ahí hasta quedarme sin oxígeno.

Pedí una toalla al encargado, me quite los pantalones y los coloqué sobre un camastro.

-Crei que harías todo lo posible para sacarme de aquí, tus amigos dijeron que solo cambiaste de opinión.- Indra camino en mi dirección, ni siquiera se cómo supo que yo ya había ingresado a la clínica, pero ahora estaba ahí, frente a mi.

-Necesitamos la realización, estamos perdiendo el control de nuestras malditas acciones, no podemos seguir así.- dije para después quitarme los malditos tenis blancos.

-Siempre a Sido así, no veo por qué tendria que ser diferente.

-¿No estás cansado?, Indra por primera vez en mi vida yo hice algo de lo que realmente me arrepiento y lo hice estando jodidamente drogado, ninguna de mis otras acciones del pasado me causado tanta culpa y dolor como la que me obligó a tomar la decisión de entrar a la clínica.

Yo le quite la sudadera, Indra miro mi pecho, miro las marcas en mis brazos, me gire para dejar la sudadera sobre el camastro, supongo que con esta acción el también pudo ver mi espalda, las marcas en mi cuello, en mi labio.

-¿Quien mierda te hizo eso?- cuestionó cuando volví a girar para verlo, él parecía sonreír algo arrogante, no lo culpo por pensar así.

Me quedé callado, lo mire con la expresión más honesta que pude, culpa, arrepentimiento y culpa, era todo lo que pude reflejar.

Su sonrisa se borro.

-¿Que carajo hiciste?

-Hay cosas que es mejor no saber, está es una de esas cosas, nos quedaremos aquí hasta que papá cree que es conveniente, después tú te casarás con Gia, olvidaremos el maldito pasado y seguiremos adelante como si nada.- camine hacia la orilla de la piscina, pase aun costado de Indra, el me detuvieron, me tomo del brazo.

-¿Que hiciste....que carajo hiciste, Ashura?

-¿Alguna vez te dije cuánto te amo?- susurre, en mi rostro se dibujo una pequeña sonrisa, no era de felicidad, era más bien una llena de melancolía, de dolor, una débil y patética sonrisa.- No, nunca lo dije, pero muchas veces intenté demostrarlo, en ocasiones mi amor llegó a ser sumamente enfermo, tóxico, obsesivo, pero otras en cambio fueron diferentes, intenté ayudarte a mi manera a ser feliz aún que eso implicará sacrificar mi propia felicidad.

-¿Entonces por qué me enviaste con ella?, No creas que nunca note la forma en que la mirabas, no soy tan imbécil.

-Por que quería verte feliz, supongo que te amo más que a mí propia vida creí que un amor diferente al mío te ayudaría, pero lo único que logré fue romperte aún más, a ti y a ella, pero ahora ya nada de eso importa, las piezas sobre el tablero han Sido colocadas, este es juego de dos...y yo voy a protegerte así tenga que morir o matarla a ella.

-¿La encontraste?- Indra se mostró desesperado por la respuesta a esa pregunta.

-De la mujer de la que te enamoraste no queda nada, ella ha cambiado, es mejor que la olvides.

Ashura ColorsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora