2017 - 5

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—¡Max, Max, Max! —Alguien intentaba despertarme, pero solo me doy la vuelta entre las sábanas y le ignoro.

—Déjame dormir...

—¡Max! —Era la voz de Michi. Aún seguí con los ojos cerrados. Me incomodaba estar boca abajo, se sentía como si... ¡Espera! Mis manos fueron a mis pechos y las sentí, ¡mis bebés! ¡Están de vuelta! Esta vez abrí los ojos. Y poco a poco me acostumbré a la iluminación del lugar en donde me encontraba.

—¡Takemichi!—parpadeé varias veces por no creer si esto estaba pasando. Me incorporé para ver si él estaba completo, y lo está. Entonces... El tren, él en las vías, yo cayendo, ¿sucedió o no? —. ¿Dónde estamos? —pregunté aún apretando mis bubis, miré en todos lados. Había dos camillas, personas a unos metros revisando hojas, y otras en laptops.

—No lo sé, eso no importa ahora, ¿estás bien?

—Mis bubis volvieron, ¡claro que estoy bien!

Alguien se aclaró la garganta, Michi se hizo a un lado y lo vi a él.

«Él».

«Vaya...».

—Me presento: soy Naoto Tachibana —Su voz me hipnotizó. Su apariencia me enamoró. Sus ojos me flecharon. Sus labios me provocaron. Su cabello negro con ese perfecto y ordenado peinado lo hacían ver todo un galán, el traje gris y la corbata que mataría por quitárselos, la expresión seria que cambiaría por una sonrojada. Tachibana...

—Mi naranjita... —dije sin pensarlo.

—¿Qué?

—Max.. —Michi se puso frente a mí otra vez, pero lo volví a hacer a un lado para ver a la obra de arte, le sonreí, pero no por mucho, Michi volvió a ponerse en medio—. Max.

—Ya, ya —ladeé la mano, y bajé de las nubes para presentarme con el serio guapetón—. Maxine, pero si quieres llámame Max —le dije.

—Bien, Max. —dijo mi nombre.

—O también llámame el amor de tu vida... —dije por lo bajo mirando a otro lado.

—¡Max! Esto es serio —exclamó Michi.

—Está bien. —me crucé de brazos—. Cuéntalo todo y exagera, ¿qué sucedió? ¿Por qué no estamos partidos a la mitad por un tren?

***

Apenas podía procesar todo lo que Naoto "el detective" —el cual está guapo— dijo acerca de lo sucedido. Él nos salvó. Así que tengo que devolverle el favor, ¡tengo que salvarlo de que muera virgen!

Me di un golpe mental. Vamos, Max, hay que ponernos serias, me dijo mi lado "bueno". Viajes en el tiempo... no me lo podía creer. Yo viajé en el tiempo con Takemichi. Pero.. ¿por qué? Con todo lo que explicó el detective, mi cabeza es un lío.

—Es demasiado, Naoto. —escuché a Takemichi cansado. El detective le había dado algunas hojas y fotos de todo el caso de su exnovia. Jamás supe que él tenía novia, oh, bueno, la tuvo hace mucho.

Mientras ese chico le dijo que siguiera, yo observé las fotos que estaban en esa misma habitación. Naoto era el hermano de la chica a la que.. teníamos que salvar. Todo el trabajo que hizo es impresionante y a la vez me asusta porque hay demasiados sujetos. Repasé con los dedos la foto de aquella chica de cabello castaño claro y hermoso lunar cerca a su boca. No me puedo creer que Michi haya estado con esta chica, ¡es una belleza pura!

Su hermano también, claro. Y, volviendo a ver las demás fotos, me percato de esa persona con el cabello peinado hacia atrás. La mirada más congelada y sombría que he visto. Acerco mi mano dispuesta a tocar la foto, pero la voz de mi naranjita me interrumpe:

—Max.

—A sus órdenes, detective —dije con seriedad.

—Solo Naoto.

—A sus órdenes, mi naranjita. —Él se aclaró la garganta, como si esta vez mis palabras hayan provocado algo en él—. Digo, a sus órdenes, Naoto —le guiñé.

—Bien... —suspiró un poco nervioso, pero en segundos volvió a su seriedad—. Si estrecho tu mano, tú no viajarás en el tiempo —mencionó, yo asentí para que continuara—. Sin embargo, si yo estrecho mi mano con Takemichi, tú irás con él, tú viajarás en el tiempo con él. Hay.. —se detuvo para buscar entre sus cosas. Michi se giró hacia nosotros.

—¿Hay un qué? —preguntó Takemichi, yo giré su rostro hacia la pantalla otra vez.

—Tú sigue, la explicación es para mí. Exclusivamente para mí.. —hice a un lado un mechón de mi cabello.

—De acuerdo.. —se bajó de hombros.

Naoto sacó un hilo y amarró su dedo índice con el de su otra mano:

—Estás atada a él, Max. De esta forma—mostró sus dedos atados—. Si él viaja, tú lo seguirás. En el pasado tú fuiste jalada hacia él, justo segundos después de que le di la mano.

Mi cabeza está en más líos. ¿Cómo que "atada"? No había ninguna cuerda o algo... No, ahora lo recuerdo. La sensación de que algo había sido atado en mi cintura esa noche.

—¡En mi cintura! —exclamé y levanté mi blusa.

—¡Oye, espera, no hagas eso! —Naoto se cubrió los ojos.

No había nada, mi cintura no tenía ninguna cuerda que la rodeara. Volví a bajar mi blusa.

—No hay nada. Entonces, ¿cómo es que estoy atada a él? —dije volviendo a voltear el rostro de Michi hacia la pantalla por haberse distraído de nuevo con nosotros. Naoto se quitó las manos del rostro y se soltó un poco la corbata para aclararse la garganta.

—No es visible, ni para ti ni para nadie —dijo quitándose el hilo de los dedos—. Aún no estoy muy seguro de lo que te tiene atada a Takemichi.

Le di la espalda, lo que me tenía aterrada era verla. Ver a mi abuela. Si Michi volverá otra vez al año 2005, yo me encontraré con mi abuela. Y aún no puedo, no tengo las agallas para verla. Ni siquiera las tuve cuando ella murió. Sin darme cuenta, mis manos estaban sudando mucho.

—Max. —Todo el miedo me fue abandonando. Respiré profundo y me giré a él—. Te arriésgaste por mis amigos, por mí. Nos salvaste de ser golpeados. Te debo mucho. —«Si supieras que en realidad ustedes me salvaron a mí»—. Por favor..¿Podrías.. acompañarme a salvar a Hinata..? ¡Por favor! —se agachó levemente.

Ver de nuevo a mi abuela... Me sentía forzada a hacerlo. Ahora lo más importante es salvar a la hermana de Naoto y novia de Takemichi. Tengo que dejar mis miedos y poner seriedad del asunto.

—Siempre, Michi —sonreí y él se levantó de nuevo. Apretó sus labios como si fuera a llorar—. Ya, no seas llorón, porque después yo me voy a poner.. a poner.. a.. llorar —le abracé.

Igual si no estuviera atada a él, yo le seguiría.

—¿Están listos? —nos preguntó Naoto luego de un rato de abrazo y mocos.

—Vamos, hazlo —me separé de Michi para empujarlo al detective.

—¡Espera, espera! —su mano accidentalmente tocó la de Naoto.

—¡No olvides lo que te enseñé, Takemichi! ¡Tengan cuidado! —fue lo último que oí de mi naranjita.












TOKYO REVENGERS ||Ambos Por Todos||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora