Ahora comprendía porque no me había buscado, ya tenía a alguien más en su vida, que idiota fui al pensar que era diferente a las demás, no sabría de la sociedad, pero la razón por la que acudía a mí era la misma que la de todas, cumplir sus fantasías y yo de estúpida mandándola investigar.
Moví la cabeza y me llevé ahí mis manos, tenía ganas de salir del auto y golpear al individuo ese, pero no podía, yo no era nadie en su vida, sólo le calentaba la cama y ni sabía mi nombre. Esperé a que se marcharan y arranqué a toda velocidad rumbo a mi departamento, decidida a olvidarme de ella, no merecía ninguno de mis pensamientos, ni de desprecio siquiera.
El viernes se pasó volando ya que tuve mucho trabajo, tenía que dejar todo listo porque haría un pequeño viaje de negocios y no me gustaba que quedaran cosas pendientes. Angie me llamó para invitarme a un bar, era cumpleaños de una de sus amigas y acepté, justo era lo que necesitaba para relajarme y olvidarme de la agobiante semana que había tenido.
Llegué poco después de las ocho, saludé a Angie y me presentó a quienes no conocía, era un grupo como de doce personas, incluida ella. Me senté a su lado y pedí un tequila, necesitaba algo fuerte, cuando me lo llevaron me lo bebí de un solo trago y pedí otro que me bebí de igual forma. Angie me miró extrañada, pero yo me encogí de hombros y giré mi cabeza para inspeccionar el lugar.
La música sonaba a todo volumen y varias personas bailaban, en su mayoría chicas. Me tomé el siguiente tequila y pedí uno más, en eso me di cuenta que una hermosa chica me miraba jugando sensualmente con el sorbete de su bebida, yo me lamí los labios y le guiñé un ojo, ella sonrió, dejó el vaso y se levantó de la silla, yo también me levanté hipnotizada por su belleza, sentí que Angie me jaló de la mano, pero yo me solté.
Caminé al centro de la pista y me encontré con la chica, llevaba una blusa que le llegaba arriba del ombligo, cruzada y amarrada por el cuello, dejando sus hombros y su espalda al descubierto, el pantalón ceñido a la altura de la cadera y zapatos de plataforma, el cabello oscuro llegaba a la altura de sus hombros, no distinguí muy bien el color de sus ojos por la media oscuridad que había, pero lo que sí distinguí perfectamente fue el fuego en ellos.
Puso sus manos sobre mis hombros y empezó a bailarme sensualmente contoneándose al tiempo que pegaba su cuerpo al mío, me di cuenta que no llevaba sostén, había salido a cazar y definitivamente había encontrado a su presa.
Puse mi mano alrededor de su cintura tocando su piel desnuda y la atrajé más hacia mi cuerpo y empecé a moverme junto con ella al ritmo de la canción que se escuchaba, nuestros rostros estaban muy cercanos, su sonrisa enmarcaba el de ella, acorté la distancia para besarla, pero ella echó su cabeza hacia atrás impidiéndomelo y se giró, se agachó y pegó su trasero a mi miembro rozándolo mientras se levantaba lentamente y se seguía moviendo, la abracé por el abdomen y volvimos a danzar juntas, peligrosamente cerca con nuestras piernas entrelazadas, continuamos así por varios minutos rozando mi torso contra su espalda y frotando mi miembro en su trasero mientras sentía como me excitaba. No pude resistirme más y le besé el cuello, ella se separó y se volteó, movió uno de sus dedos negativamente y con la otra mano tomó la mía y me jaló arrastrándome entre la gente.
Empujó fuertemente una puerta y salimos a la parte trasera del bar, había varios contenedores de basura y una luz que parpadeaba casi a punto de extinguirse. Me acorraló contra la pared y me besó ansiosamente en tanto yo ponía mis manos sobre sus nalgas y la pegaba más a mi cuerpo, si es que eso era posible. Rompió el beso y se dirigió a mi cuello que lamió y mordisqueó a su antojo mientras yo le deshacía el nudo de la blusa y la dejaba caer, sosteniéndose únicamente de la cintura, enterré mi boca en sus senos y los lamí, lengüeteando y mordiendo sus duros pezones, ella gemía y con una mano me acariciaba el miembro encima del pantalón, con gran habilidad lo desabrochó y liberó mi dureza de su prisión.
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La verdad de Luz... (Lumity)
RomansaAmity y Luz se conocieron de una forma poco común, una desconocida le dio a ella el número de celular de Luz. La noche de su cumpleaños la llamó debido a su soledad. Ella le impuso tres reglas a seguir, sólo se trataba de sexo casual, jamás se imagi...