Pov: Amity
Eran 11:55 de la noche, estaba sentada en el banquillo pegado a la ventana viendo caer la lluvia, no podía evitar recordar aquella tarde que Luz y yo danzamos debajo de ella, ella ahora no estaba conmigo, tenía una semana en Londres supervisando los últimos detalles para la inauguración del nuevo hotel. Este departamento no es lo mismo sin ella, sin nuestros juegos, nuestras pláticas o simplemente estando abrazadas sin decir nada, mi corazón se oprime al pensar que estuve a punto de perderla por mis inseguridades, afortunadamente todo se resolvió y ahora somos las más felices.
Estos meses a su lado han sido maravillosos, a veces tenemos nuestras diferencias y discutimos, no todo es miel sobre hojuelas, pero siempre las reconciliaciones son lo mejor, no podemos estar mucho tiempo enojadas, hemos aprendido lo que le molesta la una de la otra y tratamos de evitarlo, aunque claro, no hay parejas perfectas.
Han pasado varios acontecimientos en estos meses, Angie y Matt ya son novios, los dos están muy enamorados y eso me da mucho gusto, como también el haber podido conservar la amistad de él, ya hasta me ha hablado de sus planes de boda con ella, sin duda ha crecido como ser humano. Finalmente Luz ha aprendido a sobre llevarlo, sigue sin ser su persona favorita, pero al menos podemos salir los cuatro y se siente un ambiente agradable, se ha dado cuenta que su amor por Angie es auténtico y que ella es sumamente feliz a su lado. Ella y yo nos hemos convertido en grandes amigas y salimos juntas de compras o a tomar café.
Mi queridísimo cuñado Jerbo ya es papá de dos hermosos gemelos, una niña que llamaron Nicole y un niño que lleva por nombre José.
El sonido del celular me sacó de mis pensamientos, miré el reloj y justo era medianoche, ¿quién podría llamarme a esa hora?, sonreí feliz al darme cuenta que era Luz, pero, ¿qué hacía despierta tan temprano?, en Londres eran las cinco de la mañana.
Amity: Hola mi amor –respondí sonriente.
Luz: ¡Feliz cumpleaños amor! No pensaste que se me olvidaría, ¿verdad?
Amity: No, pero tampoco esperaba que me felicitarás tan temprano.
Luz; Quería ser la primera, te amo y te deseo lo mejor del mundo.
Amity: Ya lo tengo, justo hace un año la encontré.
Luz: Ah, ¿sí? -preguntó fingiendo una voz de sorprendida.
Amity: Sí, fue el mejor regalo de cumpleaños que había recibido hasta ese momento.
Luz: Uy, creo que tengo problemas entonces, para superarlo.
Amity: No tienes nada que superar, el que estés conmigo es más que suficiente, aunque ahorita te encuentres en Londres.
Luz: Sabes muy bien que a mi regreso festejaremos en grande, así que ve tomando vitaminas, mi vida.
Amity: Claro, es lo que hago desde que me diste tu tip.
Luz: Tengo que colgar cariño, feliz cumpleaños y te veo después, recuerda que te amo.
Amity: Gracias por la felicitación, yo también te amo y mucho, te mando miles de besos.
Luz: Yo te mando millones.Me dormí abrazada a Tony, el oso que me regaló, era lo que siempre hacía cuando Luz no estaba conmigo, de esa manera la sentía junto a mí. Me levanté después que sonó el despertador y me metí al baño, me miré al espejo después de terminar de bañarme, quité el vapor con la mano y sonreí ante mi reflejo, mi vida había cambiado significativamente el último año, tenía una persona maravillosa a mi lado, prácticamente vivíamos juntas, me habían promovido en mi trabajo y estaba estudiando una maestría, me quedaba poco tiempo libre y lo disfrutaba al máximo con Luz, aunque al parecer mi mala suerte no había terminado del todo porque este cumpleaños volvería a pasarlo sola, quizá llamaría a Boscha para que cenáramos juntas.
Al salir del baño me quedé boquiabierta al ver varios globos flotando por la habitación, unos decían Feliz Cumpleaños y otros Te Amo, me llevé las manos al pecho, conmovida por ese gesto, volteé hacia la puerta y ahí estaba ella, con otro enorme oso blanco con moños lilas en las orejas.
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La verdad de Luz... (Lumity)
RomansaAmity y Luz se conocieron de una forma poco común, una desconocida le dio a ella el número de celular de Luz. La noche de su cumpleaños la llamó debido a su soledad. Ella le impuso tres reglas a seguir, sólo se trataba de sexo casual, jamás se imagi...