XXXIII: Tigry

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En tiempos más simples, cuando era un adolescente, mi padre me llevó a casa de su amigo. Ambos habían ido a la escuela militar juntos. Tenía alrededor de 15 años en ese entonces. Negarme a ir con el no es una opción, sería de mal gusto. Mi papá me comentó que su amigo tiene una hija de más o menos mi edad con la que podría pasar el rato. Personalmente estar cerca a chicos de mi edad me es aburrido.

Mr. Kennedy: ¡Compadre, a los años! saludó con un choque de puños con entusiasmo a mi padre. - ¿Ese es tu hijo? me miró.

Mr. Thompson: Sí, se llama Tigry Theodore. tomó asiento junto a su amigo. Hijo, no seas descortés y saluda. me regañó.

Tigry: Hola. tomé asiento en un sofá alejado.

Mr. Kennedy: Si que es silencioso. — objetó. — ¡Oh, yo también tengo una hija! Espera, déjame llamarla. ¡KEISY! — llamó en voz alta.

Pasaron unos segundos cuando una pequeña gata de naranja. No parecía de mi edad, se ve como una niña de diez.

Mr. Kennedy: Keisy, tenemos invitados. Saluda y preséntate. — le dio un pequeño empujoncito.

Keisy parecía asustada. Nos miraba a mi y a mi padre desconcertada en busca del alguna clase de señal. No parece ser muy sociable.

Keisy: E-ehh... ¡Meow! — fue lo único que dijo.

Bueno, no es que yo sea un experto en socializar. De todas formas los tigres no entienden maullidos.

Mr. Kennedy: Keisy, santo cielo, tienes que dejar de ser tan tímida, ¿si? Nadie te va a morder. — le dio unas palmaditas a su hija en la espalda empujándola hacia mi.

Keisy: M-me llamo Keisy. Un gusto... — intentó darme la mano bajando la mirada.

Mr. Kennedy: ¿Por qué no mejor charlas un poco con Theodore en tu cuarto? Mientras yo hablo con el señor Thompson.

La reacción sobresaltada de Keisy me dio a entender que no le gustaba la idea.

Keisy: A-ahm... sígueme. — tomó dirección al pasillo de la casa y la seguí.

Recorrí el pasillo alfombrado con cuadros en las paredes que narraban varias salidas al bosque. Su pequeño cuarto era todo menos organizado.

Keisy: Perdón por el desorden. No acostumbro a traer a otros animales aquí. — escondió debajo de la cama lo que parecía ser un peluche.

Tigry: No hay problema. No es gran cosa. — añadí.

Tomé asiento en un pequeño cojín moldeable en lo que ella levantaba sus peluches del suelo guardándolos en una canasta blanca de la que sobresalían todo tipo de juguetes.

Keisy: ¡H-hey! — llamó mi atención. — ¿Te gustaría ir a conversar a otro lugar? Hay un parque cerca... c-con helados de fruta.

Helado. ¿Por qué no? Ir a un lugar más abierto tal vez haga de esta situación algo menos tenso.

Tigry: Supongo que no estaría mal. — acepté.

Pidió dinero a su padre y salimos de ahí. El camino fue muy silencioso. Realmente no es como que tuviera algo interesante que contarle. De vez en cuando trataba de sacarme tema de conversación, a lo que respondía con un "sí" y "no". Me veo incapaz de mantener una conversación larga.

Compramos helado y nos sentamos en una banca. El silencio era lo único que se escuchaba. No soy alguien divertido, en la escuela siempre me dicen que mis chistes hacen dormir a los animales. Terminamos los helados sin habernos dirigido ni un solo verbo.

Infected Love: el principio del fin [Roblox Piggy AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora