Capítulo 5. Cicatrices.

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Jimin atravesó la puerta a la velocidad del rayo con Eleanor detrás siguiéndole los pasos y pidiéndole que le esperase. Aunque era verano, el suelo de piedra del castillo estaba frío y los gruesos muros no dejaban pasar el calor sofocante del exterior.

Juntos corrieron escaleras abajo y cuando alcanzaron el primer piso se encontraron con todos los guardias transportando aquel cuerpo a una habitación vacía. Jimin se alzó sobre sus puntas pero no pudo ver ningún rasgo de la nueva víctima, sin embargo pudo ver a aquel encantador guardia que le había recibido en el desayuno cuando Yoongi lo había presentado ante toda la corte. Compartieron una mirada de miedo intenso y los ojos de Namjoon cambiaron de ese verde tan bonito que a Jimin le había llamado tanto la atención, a un marrón oscuro como la tierra.

La puerta se cerró y cuando el silfo se precipitó para entrar, una imponente figura se interpuso en su camino para impedirle el paso. 

-Yoongi, ¿que ha pasado?-preguntó preocupado echándose unos pasos hacia atrás para no chocar directamente contra el rey. Lo vio cruzarse de brazos con aquellas facciones preciosas impregnadas de una mezcla de miedo y dolor. 

-Jimin, ve a tus aposentos por favor-pidió este sin contestar a la pregunta que el joven le había hecho.  El joven silfo elevó las cejas y frunció los labios.

-No, he visto que traían a alguien-negó el chico rotundamente sin moverse un solo paso de donde se encontraba.

-Por eso mismo te lo digo, porque no sabemos si es peligroso o que clase de ser es y no quiero ponerte en el punto de mira desde ya-explicó el rey haciendo acopio de toda la paciencia que podía tener en esos momentos para retener al joven.

-Está herido, déjame ayudar-exigió Jimin intentando pasar por uno de los lados de Yoongi. Este negó y le cerró de nuevo con su cuerpo el paso.

-Namjoon lo curará y mandaré inmediatamente a buscar al médico para que se presente aquí lo antes posible-intentó decir para hacerle razonar.

-Ah, Namjoon, mucho mejor, voy a ayudarle-insistió empeñado en entrar en aquella habitación. Volvió a arremeter contra la puerta pero Yoongi volvió a impedirle el paso chocando contra él.

-Te digo que obedezcas-ordenó enfundándose en su papel de rey. Jimin no se inmuto y se cruzó de brazos frente a él.

-Y yo te digo que no-volvió a repetir tozudamente. Yoongi suspiró frustrado y se frotó la frente con desesperación alborotando el mechón rebelde que siempre escapaba de su pelo perfectamente peinado.

-Maldita sea, haz lo que quieras, pero entraré contigo-maldijo el rey cediendo ante la perseverancia del silfo. Jimin asintió firmemente, con un regustillo agradable por su victoria. El rey le hizo una señal con la mano a Eleanor para que se quedase fuera y Jimin se abalanzó sobre la puerta para abrirla. Cuando entraron, los guardias allí reunidos miraron hacia su rey, pero nadie dijo nada. Namjoon no levantó la vista de su tarea y continuó concentrado en su tarea de rasgar ropa e inspeccionar heridas.

-Jimin quiere ayudar con su magia-informó el rey a todos los allí presentes. Todos dirigieron sus miradas a Namjoon que tenía los ojos cerrados mientras curaba una herida en el pecho de aquel chico. El joven solo asintió y Yoongi empujó levemente a Jimin para que se acercase al lecho donde yacía la víctima de aquel ataque.

Jimin caminó un par de pasos hacia delante acercándose al lecho donde habían dejado descansar a aquella pobre criatura y contempló la sangre por todas partes y la luz emanando de las manos del guardia sobre el abdomen desgarrado del muchacho. Cuando analizó su rostro, las piernas le temblaron y el corazón se le paró reconociendo las suaves facciones del magullado rostro de su amigo.

ERIA/YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora