Capítulo 12. Eclipse.

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Jimin corrió hacia el pasillo intentando no tropezar. El frio de la noche le puso los pelos de punta cuando traspaso su liviana camisa, pero no tuvo tiempo de asimilar que el tiempo estaba cambiando demasiado rápido, ya que vio a Yoongi alejarse por el largo pasillo hacia las escaleras del segundo piso.

-¡Yoongi! Espera, ¿qué pasa?-gritó corriendo tras él.

El rey no se detuvo y caminó a grandes zancadas, aterrado por aquel sentimiento que se había removido en su interior. Escuchó a Jimin volver a llamarle y al final alcanzarle en medio del pasillo agarrando su brazo para que no se marchase.

-Eh, escúchame, ¿que ha pasado? ¿He dicho algo malo?-preguntó el joven de nuevo, visiblemente preocupado.

-No es cosa tuya, Jimin, solo soy yo, no se que me ha pasado-balbuceó confuso como un niño a punto de echarse a llorar. No se explicaba cómo había acabado sintiendo aquel deseo tan irrefrenable por aquel joven y no se explicaba porque de todos los habitantes de Eria, de toda la corte y de todas las provincias del reino, su cuerpo y su mente tenían que haberse decantado por el mismísimo príncipe de Orka. Por que aquellos pensamientos y aquellos deseos carnales que nunca había tenido, surgían ahora sin remedio por su aliado.

-Pero no entiendo, no ha pasado nada, solo estábamos bailando y pasándolo bien y de repente se te ha cambiado la cara, es como si hubiese hecho algo mal-murmuró el joven silfo con nerviosismo. Vio a Yoongi negar con la cabeza y forcejear para soltarse. Aquello le hizo sentir un frio extremo y helador dentro de su corazón.

-Ya te digo que no es cosa tuya, es mi cabeza, me ha jugado una mala pasada, solo es eso, solo estaba pensando en cosas que no debería pensar-dijo todo de carrerilla intentando quitarse aquel sentimiento tan extraño de encima.

-Pues dime en que pensabas que fuese tan malo como para largarte así-reclamó Jimin alzando la voz. Yoongi lo miró y apretó los puños a lo largo de su cuerpo.

-Pensaba en ti-confesó únicamente. Jimin abrió los ojos y Yoongi comenzó a pensar que se estaba volviendo loco. Sintió que si no lo decía, que si no soltaba aquello que le reconcomía por dentro explotaría en cualquier momento.

-Pensaba en esto-murmuró hacia el chico. Este lo miró confuso durante un segundo, pero al momento tenía a Yoongi acorralándolo contra la pared mientras acariciaba sus labios con ternura. -Pensaba en tus labios, en cómo sería si tan solo pudiese besarlos-volvió a decir en el mismo tono casi ausente. Jimin tragó fuerte y entrecerró los ojos cuando la boca del rey chocó delicadamente contra la suya. Se dejó hacer, permitiendo que el joven rey experimentase con sus labios, hasta que sintió como se separaba de él como si quemase. Una fuerte ráfaga de viento surcó el pasillo. Jimin permaneció unos segundos con los ojos cerrados saboreando aquel momento y luego abrió los ojos para fijarlos en la mirada oscura de Yoongi. Este perdió el aliento cuando contempló el color frío y casi tétrico de los ojos de Jimin.

-¿Es tan malo como para salir corriendo?-preguntó en un susurró aún con la sorpresa de aquel beso en su cuerpo.

-Es demasiado bueno, y eso lo hace peligroso-comentó Yoongi simplemente. El silencio se instaló entre ellos. -Además no está bien-dijo después de unos minutos.

-¿Por que no está bien?-inquirió el silfo de nuevo. En el fondo de su ser sabía porque Yoongi se encontraba en aquella tesitura, sabía que él mismo había propiciado aquella confusión en el rey por no ser sincero con su propio juego.

-Estás acostándote con mi amigo, estás intentando conquistarle a él-comenzó a decir el rey realmente confundido. Jimin negó con la cabeza. Aquel beso aún le palpitaba en los labios y Yoongi no se estaba dando cuenta del verdadero deseo que Jimin sentía hacia él.

ERIA/YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora