Capítulo 8. Cenizas

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Jimin había salido del despacho de Yoongi donde había ido a buscarlo sin éxito y caminaba acelerado para encontrarse con Taehyung que había pasado toda la mañana con Jin. De pronto y sin saber muy bien cómo, un cuerpo enorme y duro se interpuso en su camino y chocó contra él. Reconoció ese olor fresco y masculino al instante.

-Discúlpame, iba pensando en otra cosa y no te he visto-se excusó casi chillando por el susto inicial. Tragó saliva con incomodidad cuando los amables ojos de Namjoon se posaron en los suyos.

-No te preocupes, ¿estás bien?-preguntó el guardia con aquella sonrisa llena de hoyuelos que siempre tenía para él.

-Sí. De verdad, no ha sido nada-reiteró con impaciencia evitando su mirada. Nam arqueó una ceja y lo miró confuso sin saber por qué estaba tan tímido en su presencia después de lo que había pasado entre ellos.

-Oye, no hace falta que me evites. Si te pasa algo conmigo me lo puedes decir-pidió elevando su mentón para que le mirase a los ojos. El silfo volvió a retirar sus ojos de los del sanador totalmente incómodo.

-No sé si es malo o no-contestó Jimin titubeante. El mayor dejó escapar un pequeño suspiro y se pasó la mano por el pelo, alborotándolo.

-Creo que tenemos una conversación pendiente-rebatió Namjoon intentando aclarar las cosas.

-Sí, la tenemos-aceptó el silfo. El mayor le cedió la palabra con la mano para que comenzase a hablar y Jimin carraspeó un poco incómodo, sin saber muy bien por dónde empezar.

-En primer lugar siento haber estado tan distante estos días, necesitaba aclararme y pensar. Desde que nos acostamos y luego volvimos a encontrarnos, me he sentido raro en cuanto a esto. Nunca me había pasado, pero creo que fue...-siguió explicando.

-¿Un error?-preguntó el castaño interrumpiéndole con una nota de tristeza en la pregunta.

-No, un error no. Ambos lo deseábamos y tú sabes que los silfos necesitamos estas cosas a menudo, pero es como si ya no lo desease tanto, ¿entiendes?-intentó explicar el joven. El mayor lo miró con una pequeña sonrisa y luego asintió comprensivo.

-¿Hay otra persona que te esté satisfaciendo?-preguntó el sanador con más curiosidad de la debida. Jimin boqueó ante la inesperada pregunta y luego dejó ir una risita intentando no sonrojarse.

-No, ¡por Eria!, no. Nam, te lo dije en serio. Tú eres maravilloso, pero es mi cuerpo, que está pasando por una de esas fases y tengo demasiado en la cabeza como para pensar en sexo-volvió a decir el joven con las mejillas levemente encendidas.

-Tranquilo, yo tampoco tengo la cabeza para pensar en eso ahora mismo-masculló sonriente. Pasó una mano enorme por la mejilla del silfo que sonrió ante el contacto y dejó fluir su magia para provocarle un dulce cosquilleo. De pronto, un fuerte movimiento de cristales golpeó en la ventana más próxima a donde se encontraban, sacándolos de la pequeña ensoñación en la que estaban metidos.

-¿Jinnie ocupa tus pensamientos?-preguntó inesperadamente el silfo. El sanador negó fervientemente, adquiriendo un ligero color rosáceo en sus mejillas y Jimin asintió con gracia entendiendo lo que aquella negación significaba. Un silencio tenso se hizo presente entre ellos una vez más.

-No sé qué le pasa a Yoongi, pero está histérico últimamente-comentó Namjoon haciendo referencia al huracanado viento para cambiar de tema.

-¿Cómo sabes que es él y no cualquier otro?-contestó Jimin ladeando un poco la cabeza y mirando de reojo por la ventana.

-Solo él sería capaz de preparar semejante vendaval-explicó Namjoon totalmente consciente del poder de su amigo.

-Estará nervioso por la llegada del Tanket, los ataques y todo eso...-excusó el silfo buscando una explicación a aquel viento repentino que había hecho aparecer ciertas nubes en el cielo, que habían tapado el hermoso sol.

ERIA/YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora