ERIA/Yoonmin

Capítulo 14. Simbiosis.

El día había amanecido nublado y encapotado, casi como si el sol no quisiese mostrarse perezoso entre las nubes. Yoongi se había levantado pronto y había caminado solitario por el castillo, deseando seguir leyendo más sobre como los inhibidores podrían ser desactivados, asi que despues de saludar a algunos guardias y a las doncellas más madrugadoras del turno de mañana, se había escondido en su despacho para seguir la lectura donde la había dejado el día anterior. Después de que Jimin hubiese desaparecido adormilado, él se había quedado pensativo ante la crepitante leña, pensando en como poner la distancia necesaria entre el silfo y él. Agobiado por la incertidumbre, había apagado todas las velas y había caminado por los oscuros pasillos hacia su dormitorio, donde se había encerrado para intentar dormir, pero en cuanto había posado la cabeza en la almohada, sus ojos se habían abierto de par en par con el sutil aroma de Jimin rodeándolo por completo y mezclándose con su cuerpo entre las sábanas.

Recordó la noche anterior, como Jimin, con su magia desbocada y su miedo profundo a herirlos a él y a Acua, había descansado plácidamente entre sus brazos calmándose por completo. Y se recordó a sí mismo por la mañana, mirándolo ensimismado como si fuese la flor más bella en medio de una tormenta de nieve. Con su piel brillante y sus labios carnosos que adoraba besar y morder, aquellos labios que le hacían perder la cordura por momentos.

Y dentro de sus pensamientos, Yoongi se dio cuenta de que aunque llevaba un buen rato en aquella butaca frente a su escritorio, no había pasado de la primera linea del libro y que la había leído más de tres veces sin llegar a enterarse realmente de lo que decía. Maldijo por lo bajo y alejó todos los pensamientos de su cabeza para centrarse en su tarea.

"La magia inhibida por cualquier artefacto encantado, queda totalmente inutilizada y por tanto sólo una única fuerza mayor podrá deshabilitar dicho artefacto y volver a reactivar cualquier poder mágico"-leyó en voz baja.

Se inclinó sobre la mesa para abrir el tintero y mojar la pluma y cuando con la espesa tinta casi azulada rodeo las palabras "única fuerza mayor" su estómago dio un vuelco y una mueca de asombro cruzó su rostro. Un par de golpes resonaron en la puerta justo cuando estaba a punto de levantarse de la silla, así que con el ceño fruncido hacia el libro ordenó el paso a quien estuviese al otro lado de la puerta.

Cuando levantó la vista, contempló la cabeza de su mejor amigo internarse entre la rendija que quedaba abierta.

-Buenos días Hobs-saludó el rey a su amigo que abrió un poco más la puerta para poder pasar.

-Buenos días-dijo el aludido con aquella sonrisa suya tan característica. -Empiezo ahora la guardia, ¿hay algo que pueda hacer por ti antes?-preguntó servicial. Yoongi lo miró pensativo y asintió levemente cuando se dio cuenta de que su amigo podía ayudarle a juntar a toda la gente que necesitaba en menor tiempo que si lo hacía solo él.

-Si, tienes que hacerme un favor, necesito que reúnas a toda la guardia en el patio y que les pidas también a Seokjin y Taehyung que se reúnan con todos. Si ves a Eleanor, dile que Jimin también tiene que bajar. Ven a buscarme cuando esté todo el mundo abajo, necesito comprobar algo-pidió el mayor mientras su amigo asentía anotando todo mentalmente. -Ah y Hobi, dile al señor Song que prepare los inhibidores- añadió con seriedad. Su amigo lo miró de la misma manera, pero luego su rostro cambió.

-Enseguida jefe-bromeó el guardia con una sonrisa. Yoongi sonrió y lo vio marchar mientras él se ponía en pie para prepararse. Colocó la corona de oro y piedras preciosas sobre su cabeza, no sin antes dedicarle una mirada recelosa a la joya que siempre portaba frente a su pueblo y que pesaba tanto sobre su cabeza.

Unos minutos más tarde, mientras el rey contemplaba por la ventana como la gente comenzaba a movilizarse en el patio, un par de toques delicados sonaron en la puerta sacándolo de sus pensamientos.