"Las primeras veces nunca suceden como esperamos. No son un sueño idealizado, ni un cuento de hadas. Son realistas. Duras. Igual que la decepción."
Arde.
Ardía todo. Su corazón pulsando en su pecho a una velocidad abismante, sus pulmones intentando capturar el aire, él sofocándose mientras sus músculos también ardían a fuego vivo al seguir corriendo, alejándose.
Alejándose con todo lo que podía de aquel hombre. Su antiguo vecino.
Su primera vez.
WooYoung ahogó una carcajada en su garganta, la carrera que llevaba para escapar de su pasado y del dolor, evitando que esta saliera del todo. Que saliera esa carcajada muerta y desgarradora, igual que su alma. En cambio, salieron lágrimas, sus ojos ardiendo por intentar contenerlas.
De contener la impotencia y los recuerdos.
Traicionera, su mente le trajo las memorias de aquel sujeto y como le había terminado de romper el corazón; de llevarse los restos de ingenuidad que quedaban en su ser en ese entonces. En esa época cuando seguía en la universidad, pero parecía alejarse cada vez más de los estudios para conocer nuevas personas y llenar el vacío que tenía en su pecho.
Un vacío que creyó, ingenuamente, que ese sujeto llenaría.
¡Que idiota! ¡Que increíblemente estúpido!
Aun corriendo, WooYoung seguía recordando ese tiempo, uno que dolía. Uno donde aún estaban las heridas frescas, por la muerte de sus padres. En donde conoció nuevas amistades y experimentó también sus primeros besos de extraños, para obtener algo de calor.
Fue ahí que lo conoció. Igual que un estúpido dorama romántico, WooYoung llegaba a su departamento después de la universidad. Su cabeza gacha mientras introducía la clave, él queriendo pronto dejar sus cosas en su habitación, cambiarse de ropa e irse de ahí lo antes posible. No le gustaba permanecer mucho tiempo en silencio y menos en un lugar cargado de memorias, donde la sombra de su madre cocinando o su padre leyendo el diario en el sillón, lo asaltaban con tal crudeza que lo hacían retorcerse y encogerse hasta ser una bolita, destruida y lastimera.
Llorona, también. Y él ya no quería llorar. No más. Tampoco sentirse vacío. Por eso debía apresurarse, igual que todos los días, en entrar y salir veloz...
Pero como decía, igual que un maldito dorama, ese día tuvo que ser "diferente".
Las puertas del ascensor se abrieron, él sin prestarle atención, hasta que escuchó un quejido y un suspiro sofocado. Más por inercia que otra cosa, levantó la cabeza con desinterés, con esa curiosidad propia del ser humano por saber que provocó ese ruido.
Una reacción estúpida, si le preguntaban.
De todas formas, esa reacción lo llevó a verlo. A ver un joven de tez blanca y sedoso pelo oscuro. Se veía mayor que él y sus rasgos eran los de un actor o al menos, le parecieron atractivos. Llevaba en sus manos una caja de cartón y parecía tener problemas con ello.
Y WooYoung como un idiota, cayó en la escena de ese dorama de mala calidad.
"Se ve pesado", le había dicho, rastros de su personalidad carismática aflorando como una máscara para opacar su real sentir; su interés real siendo evitar su propio departamento y lo que le provocaba. Eso llevándolo exactamente a las garras de ese sujeto. Uno que le sonrió y siguió el guion a la perfección, admitiendo que la caja era pesada.
De ahí fueron solo necesarias un par de preguntas más para saber que era el nuevo vecino, que se estaba mudando y WooYoung terminó ofreciéndose en ayudarlo a cargar las cosas que estaban en su auto.
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Guilty Love [WooSan| +18]
FanfictionEl amor es estúpido, según WooYoung. El amor es todo, según San. Cuando WooYoung deja su existencia de humano para transformarse en íncubo, solo sabe dos cosas: sexo y que desea destruir a San. Y hará de todo para lograr su cometido. "Haré que gimas...