Capítulo 11: Halcón.

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Pasó el tiempo que tenían los genin para llegar a la torre y ya en la reunión que tenían los que lograron pasar la prueba con la Quinta Hokage se les informó que la última parte del examen tendría lugar en 1 mes, mismo tiempo que tenían para entrenar.

Antes de que se eligieran los combates, el equipo de Naruto renunció a su derecho de participar en el examen fingiendo lesiones y alegando que recibieron reportes médicos que les impedía participar en los combates finales. Tsunade aceptó pues era la señal que debían hacer en caso de haber derrotado a Orochimaru.

La suerte decidió entonces los combates emparejando a Konohamaru contra el aprendiz de Gaara: Shinki, el genin tenía dos marcas en la cara color rojo que recorrían desde sus ojos hasta su barbilla, llevaba una capa negra hecho de un material extraño y un traje de batalla del mismo color.

A Moegi le tocó contra una kunoichi de Kumogakure varios años mayor que ella, su nombre era Karui y se decía que el Raikage se había guardado esta carta como su as bajo la manga. Kuroi tenía el cabello color rojo que acomodaba con su protector, llevaba una camisa sin mangas y el chaleco de Kumogakure mientras que a su espalda llevaba una espada.

Mientras que Hanabi fue emparejada contra Kagura Karatachi, miembro de Kirigakure y candidato potencial a formar parte de los espadachines ninja de la niebla. El genin tenía su tez clara y ojos color magenta y debajo de estos tenía una pequeña línea del mismo color. Vestía con una camisa púrpura de rayas y un chaleco verde.

Sin más que añadir, los genin fueron despedidos y cada uno eligió que hacer para pasar el mes más rápido. El equipo de Konohamaru tenía claro que si querían vencer a sus rivales tenían que entrenar con los más fuertes o al menos con uno de ellos.

Naruto también salió del lugar y cuando se perdió en un pequeño campo de entrenamiento pudo quitarse por fin el "disfraz" que llevaba dejando ver a su verdadero yo. Intentó mover su brazo sin éxito; la primera ocasión que utilizó el "Rasenshuriken" también había sufrido los mismos efectos por lo que Jiraiya le había prohibido su uso.

De uno de los árboles cayó la ANBU que conoció aquél día en la Torre Hokage, se habían vuelto amigos de momento aunque todavía no lograba saber su identidad. La única pista que tenía era que tenía unos ojos cafés en los cuales te podías perder si lo mirabas por varios segundos.

La ANBU pasó su mano repetidas veces por el rostro del rubio que despertó de su trance, nuevamente se había vuelto a perder en sus ojos. Mirando hacia otro lado evitó lo incómodo del momento.

- ¿Qué fue ese jutsu que utilizaste? - preguntó la ANBU conteniendo una pequeña risita por el comportamiento del rubio y cambiando el tema para evitar su incomodidad.

- Es el Rasengan de mi... Del Cuarto Hokage. Mientras estaba en mi viaje de entrenamiento ero-sennin me ayudó a perfeccionarlo pero todavía no está completado. - Respondió el rubio evitando el tema de su padre, pues Tsunade le había comentado que no se lo revele a nadie todavía, aunque sus amigos ya lo sabían.

La ANBU miró por un momento al monte donde se encontraban tallados los rostros de todos los hokages mirando específicamente a Minato Namikaze, Naruto todavía no lo sabía pero ella era quien mejor lo conocía. Volvió a centrar su atención al rubio y tomó con cuidado su brazo lastimado.

- Creo que puedo hacer algo por tí - Dijo mientras sonreía debajo de su máscara.

Su palma empezó a emanar un brillo verde curando primero las heridas más superficiales que aún no sanaban y después la luz empezó a ser de color azul como el azul del cielo. Este chakra empezó a actuar y se sincronizó de manera perfecta con el del Kyuubi que se encontraba trabajando para curar todas sus células dañadas.

Mil veces tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora