El Principio de Todo ~S.S~ (Book 1)

Parte 7

Colegio Hogwarts de magia y hechicería

Enero 1979

Estaba cansada. No sabía exactamente el motivo, pero si como me sentía. Llevaba desde principio de curso estudiando para los EXTASIS, sin comentar que Dumbledore me eligió de tutora para varios alumnos de segundo curso y, sinceramente estaba exhausta. Le pedí permiso para de vez en cuando y cuando necesitara estar sola, para poder entrar a la habitación que ocupaba en vacaciones, a lo que accedió sin ninguna restricción.

Mire el calendario que colgaba en la habitación. Hoy es 9 de enero, suspire. El cumpleaños de Severus. El primer cumpleaños que no pasaba con él. Mentiría si dijera que he dejado de pensar en él, sigue clavado en mi mente. Se convirtió en alguien muy importante para mí y más después de la muerte de mis padres y todo se fue por la borda, por algo que no sé. Aun me dolía su indiferencia hacia mi.

Dumbledore fue, yo creo, el primero en notar el cambio en mi. Sabía perfectamente que Severus y yo teníamos un gran vínculo, por eso cuando deje el club de duelo con la excusa de que no tenía tiempo y de que estaba cansada, no me creyó.

Abril

Los meses fueron pasando y el frío invernal dejó paso a las flores y un ambiente más cálido. Esa noche, Dumbledore me llamó a su despacho, trague saliva y entre, subiendo la escalera de caracol, hasta llegar al gran escritorio.

-Toma asiento querida- dijo señalando la silla que tenía frente a él.

-Dígame, ¿que desea?-pregunté mientras me sentaba.

-Te prometí que si me llegaba a enterar de algo sobre Severus te avisaría- dijo serio. En ese momento se me pasó por la cabeza de todo y nada bueno, tragué saliva y escuche lo que me tenía que decir- Pues bien, se por una fuente fiable que está entre las filas del que no debe ser nombrado.

Me quedé helada, no podía creer lo que aquel hombre, que se había convertido casi en un padre, me estaba contando. Me negaba a creerle, aunque se perfectamente que él no me mentiría en algo que tuviera que ver con Sev. Sentí como poco a poco lo que había construido después de la muerte de mis padres, se volvió a derrumbar. Tenía miedo, eso es obvio. Miedo a perder a otro ser querido, no lo soportaría.

Con toda la entereza que fui capaz de sacar, mire a aquel hombre.

-Gracias por la información Albus- dije intentando no parecer dolida, aunque se que lo noto.

Intenté que mis lágrimas no salieran en ese momento, pero al salir del despacho deje que saliera libremente mientras recorría el pasillo hasta mi refugio. No puedo creer que se haya convertido en eso que destruyó a mi familia. Sabía que eso podía pasar, por eso intente que se alejara de aquellas compañías, pensé mientras recorría los pasillos hasta la habitación azul.

Junio

La vida debía de seguir, pensaba cada día. No podía dejarme vencer por un sentimiento después de lo mucho que había trabajado hasta llegar donde estoy. Las tutorías acabaron hace solo unas pocas semanas, lo que me dejaba más tiempo para concentrarme en los exámenes, que serán en un par de días. Estaba comenzando a ponerme nerviosa, lo tenía todo muy claro, pero no quería que los nervios me jugaran una mala pasada.

El día del examen llegó, para mi alivio, estaba muy preparada pero también muy nerviosa. Realicé los correspondientes controles y me limité a esperar las notas finales.

El día antes de tener que marcharme de ese lugar, que se había convertido en un hogar, Albus me llamó a su despacho.

-¿Quería verme?-dije con una sonrisa.

-Si muchacha-respondió poniéndose de pie-Mañana te vas hacia la casa de tus padres, ya eres mayor de edad así que mi tutela ha terminado-dijo antes de acercarse a mí y abrazarme.

-Lo se, echaré de menos este lugar y a usted-respondí sonriendo al borde de las lágrimas.

-Muchacha no llores, no es un adiós es un hasta luego.

Lo que Albus no sabía es que mis lágrimas eran, aparte de por la despedida con él, en parte por la no despedida que tuve con Severus el curso pasado. Suspiré pesadamente.

-Muchacha no te preocupes, lo volverás a ver, hazme caso.

Suspire de nuevo. Si él lo dice será verdad, pensé.

-Eso espero Albus-dije en apenas un susurro.