ABIGAIL
RUINAS
Mi cabeza quiere estallar, le he dado vueltas y vueltas a lo que le sucede a Gabriel y no encuentro forma de ponerle razón a su comportamiento. Olvida las cosas que tiene conmigo, mis mensajes, su actitud... ¡Me llama por mi nombre completo! Ni cuando era niña me llamó de esa manera.
-Niña, entra y espéralo arriba- niego por cuarta vez. No he dormido si quiera esperando que llegue, estoy sentada en el muro de concreto que hay en la entrada de la casa de mi novio, mientras ruedo el anillo de mi dedo una y otra vez.
¿Qué está sucediendo? No sé.
Pero algo malo está pasando con Gabriel.
Mi cabello se desparrama a los lados y frente al bajar la cabeza cuando las lágrimas salen por...ya he perdido la cuenta desde ayer que se fue logrando que me sienta mal como en ningún otro momento. Pero sé que hablaremos y lo solucionaremos.
Los pasos me hacen levantar la cabeza y verle allí con su rostro derrotado y como quien no ha dormido nada. Una corriente se impregna en mi piel al mirarme, se detiene frente a mí logrando que levante la vista a sus avellanas que se cristalizan a la par que los míos. Mi corazón late a prisa exageradamente como me sucede cada que le veo, sin pasar un segundo de mi vida sin que mi alma y cuerpo reaccionen a él.
-¿Me vas a explicar tu rostro de amargue infinito?
Me mira y ahora sus lágrimas aumentan rodando por sus mejillas hasta perderse por debajo de su barbilla, ahora me asusta y el corazón late un trillón de veces más fuerte.
-Hablemos- susurra y por poco no lo alcanzo a oír, comienza a caminar hacia nuestro lugar.
- ¡Hijo!- Doña Minerva sale a decir algo y él le mira haciendo un gesto con la mano de que hablarán luego.
Seguimos en silencio y camina a pasos lentos y pocos decididos, cruzamos la calle y tomamos la que nos lleva hasta la primera puerta blanca, ruedo mi anillo del dedo, lo saco y vuelvo a entrarlo, y es que mi cerebro no sabe qué preguntar.
Entramos y me quedo recostada de la encimera de la cocina mientras que deja caer la cabeza en la puerta. Respirando mientras las lágrimas siguen cayendo por su varonil rostro.
-Hablemos como dijiste, ¿Qué sucede, Lel?- respira profundo caminando hacia a mí viéndome de frente con el alma destrozada logrando que mis ojos lo imiten.
-Yo...- calla, y vuelve abrir la boca cerrándola varias veces más acelerando mi pulso, logrando que me visite la duda de manera excepcional. Me acerco llegando a su pecho donde dejo caer mi cabeza y oigo el latido de su corazón. Lo que anda en mi cabeza no puedo darle cabida. Niego en su pecho mientras huelo un aroma que no es mío ni que reconozco... aunque levanto la mirada rápidamente a él y me alejo. Ese olor...
-Yo tengo que...
Niego mientras la duda ronda la cabeza acelerando mi pulso, mi presión baja y él se agarra el corazón como si se le fuera a salir del pecho. Un frio extraño me remueve las terminaciones nerviosas y me desespero.
-¡Habla ya joder!- grito plantándome frente a él tomando su cara entre mis manos.
-Perdona... perdóname Abi...yo...
Es que es una broma lo que me imagino y el que se encuentre tan destrozado no hace más que alterarme y ponerme peor. Niego, no es lo que me imagino, no.
-¿Qué sucedió anoche? ¿Qué está sucediendo contigo, bebé?- hablo con su cara entre mis manos y posa las suyas en ellas logrando bajarlas y no capto...tengo la esperanza de...
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Invaluable
RomanceÉl tiene metas y sueños por cumplir. El entorno ha sido difícil sin embargo dentro se sí sabe que lo puede lograr, triunfar. Su voz enamora tanto como su novia Abigail con quien está desde la infancia y han perdurado hasta el presente. Los sueños...