TERREMOTO

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Jamás me imagine que mi vida cambiaría tras un terremoto como lo hizo ese día. Otro día más amanecía y con él el cansancio de haber trabajado horas extras ese mes. Estaba muy triste porque tanto trabajo no me sirvieron de nada. Quería demasiado ir a un concierto y no tuve el dinero a tiempo para comprar mi entrada.

Con un suspiro empujé la puerta trasera del enorme hotel en el centro de Lima por donde todo el staff tenía acceso y me dirigí a los lockers, cambié mi ropa por el pantalón y la camisa negra del uniforme, colgué mi gafete que ponía mi nombre del lado derecho de mi pecho, até mi cabello en una cola alta, retoqué mi maquillaje, cuadré los hombros y salí a la recepción fingiendo una sonrisa.

Hace un año y medio que trabajo en este lugar, un hotel 5 estrellas en el que hemos recibido todo tipo de personas, famosas y no tanto, pero esa tarde fue especialmente memorable porque el gerente, luego de pedirnos que nos reuniéramos en el lobby, nos informó que cierto grupo de cantantes se hospedarían allí al día siguiente.

Sentí que el corazón se me saldría por la boca.

—Mañana tenemos que tener todo preparado, tenemos que ser más perfectos que nunca. Pero, ya saben, no olviden que son personas iguales que nosotros.

La última parte me la repetí una y otra vez durante todo el día. Solo mis compañeros de trabajo sabían lo que esto significaba para mí, y ni siquiera era tanto como lo hubiese sido para una de esas chicas que comenzarían a hacer fila fuera del hotel para, con suerte, verlos de lejos un segundo.

Les cuento, tengo 28 años y descubrí a BTS apenas hace un año y desde ese momento, le dieron cierto sentido a mi vida. Su música y todo su contenido me inspiraron a querer levantarme todos los días otra vez porque antes de eso, las cosas no estaban tan fáciles.

Con 26 años salí de mi país natal Venezuela en busca de un mejor futuro y dos años después, aún seguía fingiendo sonrisas en la recepción y el bar de este hotel con un sueldo de mierda y horarios de hasta 17 horas de trabajo diarias. Era subgerente de recepción y bar, pero hacía horas extras en la cocina cuando todos se iban a dormir.

Mudarme a Lima no fue nada fácil pero he sobrevivido. Lo he logrado y en parte el último año ha sido gracias a BTS. Tienen 7 años de carrera y yo apenas llegué hace poco, no conozco ni la mitad de sus vidas profesionales ni mucho menos. Pero no pude evitar emocionarme al saber que estarían allí en menos de 24 horas.

Al menos el trabajar horas extras si tendrían sus frutos después de todo.

Pero jamás en la vida me hubiese imaginado hasta qué punto...

Esa noche dormí tranquila, terminé de alistar todo para el día siguiente, practiqué frente al espejo una sonrisa más convincente; tenía miedo de que se dieran cuenta lo triste que estaba todo el tiempo y ellos no tenían que cargar con eso.

Como todos los días, entré, me cambié y comenzó mi faena diaria sin ningún cambio, todo igual. Recibir personas, ayudar a huéspedes con sus dudas y por la noche, supervisar el bar hasta alrededor de la 1 de la mañana. Al cerrar el bar, ir a la cocina a ayudar a limpiar hasta las 4 de la mañana y repetir todo el proceso el día siguiente a las 10 de la mañana que todo volvía a empezar.

BTS tenía reservadas 7 habitaciones solo para los chicos.

—Estarás encargada de ellos estos 3 días, llegan hoy a las 2 de la tarde —me avisó el gerente entregándome la información de las reservas y las llaves de las habitaciones. Asentí y corrí a hacer lo propio, revisar las habitaciones y preparar todo lo que decía el contrato que exigían tener en sus cuartos al llegar, cada mañana y cada noche.

Toma Mi Mano | JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora