Concierto

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No puedo comenzar... no tengo las palabras necesarias para explicarles lo que fue vivir esa experiencia. Verlos bailar, cantar, reír y llorar con su ARMY fue una de las experiencias más inolvidables de mi vida. Estaba demasiado orgullosa.

Pero, justo antes de que el show terminara, un seguridad se acercó a mí pidiéndome que lo siguiera. Le hice puchero y miré hacia el escenario.

—La solicitan en backstage—me dijo con el rostro lleno de disculpa luego de haberme hablado al oído por encima del bullicio.

Reluctante le seguí entre la gente apretada hasta que llegamos a un pasillo entre la multitud. Sentí que me miraban e instintivamente traté de esconder mi rostro.

Luego de caminar varios metros y pasar por un laberinto de grúas, cables y personas llegamos a la zona donde, imaginé, bajaban a cambiarse y todo el asunto.

Me quedé fría cuando JK bajó de entre unas vigas que daban hacia el escenario, se tiró en el suelo, sin aliento y parte del equipo corrió a asistirlo con toallas y un respirador. Tragué grueso, conteniendo la respiración y apretando los puños a mis costados.

Todos parecían exhaustos. Recuerdo haber visto una escena parecida en sus videos, pero verlo en persona era aterrador. Entregaba todo en el escenario... sin duda. Todo a mi alrededor era nuevamente un caos organizado.

Entre todo lo que hablaban buscaba la voz de JK para saber que estaba bien hasta que lo vi sentarse y asentir. Su pecho subía y bajaba rápidamente por la fatiga. Tomó él mismo el respirador y lo puso en su cara antes de inhalar profundamente.

Se puso de pie y en esa acción quedó de frente hacia mi dirección, miraba al suelo mientras con su mano izquierda buscaba su apuntador por detrás de su cuello para acomodarlo en su oído. Llevaba la camiseta blanca pegada al cuerpo y el cabello mojado por el sudor. La forma de su cuerpo me gritaba y me aturdía. La música en el escenario cambiaba poco a poco mientras preparaban todo para el siguiente acto.

En ese momento, levantó el rostro y me miró.

Caminó hacia mí y cuando estuvo a solo centímetros de mi cuerpo, no pude evitar rodearlo en un abrazo. Era hermoso, talentoso y se veía muy feliz.

Me devolvió el abrazo pero levantándome del suelo. Mi corazón iba a estallar de alegría y podía sentir que el de él también.

—¡Gracias por estar aquí! —Me dijo al oído antes de darme un beso en la mejilla. Todo mi cuerpo se relajó y, de pronto, me sentí como en casa. Fue como si los dos años que llevaba en Perú, sola y triste, se hubiesen desvanecido.

—¡JK! —Le llamaron detrás de mi —En 20 —. Informaban que volverían a subir.

Comencé a contar en mi cabeza... 19... 18... 17. Él me miró.

—Gracias —me volvió a decir y se alejó de mí para volver a subir. Yo sentí el cuerpo como flotando en una nube.

Pude escuchar retumbar el escenario cuando We Are Bulletproof: The Eternal comenzó y quise salir corriendo a mirar. Mina se acercó a mí y me mostró una pantalla que tenía en las manos. Era la transmisión de las pantallas.

—Le dije que te dejara terminar de ver el show antes de llamarte pero no nos hizo caso —me dijo en un inglés con bastante acento coreano. Miré la pantalla con atención mientras sentía retumbar todo el escenario sobre mí y a mi alrededor.

El concierto terminó y no pude contener las lágrimas por más tiempo.

Cada uno bajó del escenario y cuando JK me miró me di cuenta que también estaba llorando. Corrió a mi encuentro y me volvió a rodear en un abrazo.

Toma Mi Mano | JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora