Estando medio desnuda debajo de Jungkook me sentía en éxtasis. Recorrí su fuerte espalda con mis manos mientras él seguía besándome. Bajé hasta sentir la piel de su abdomen y cuando quise quitarle su pantalón me tomó de las manos y detuvo el beso.
Sus ojos ardían y estaba segura que los míos también.
Estuve a punto de gritarle por qué había parado pero suavemente se puse de pie, pasó sus brazos por debajo de mí y me levantó con tanta facilidad que me hizo reír por lo bajo.
Me condujo hacia la cama y con un movimiento delicado me dejó allí, con la respiración acelerada y con la sensación de que me habían quitado la mitad del estómago. Quería besarlo y que me besara, tocarlo y que me tocara, no estaba lo suficientemente cerca.
Para mí mayor desesperación volvió su espalda hacia mí.
—¿A dónde vas? —Pregunté alarmada. ¿No pretendía dejarme así, no?
—Espera —tomo una camiseta de la maleta que estaba abierta en el suelo y se fue casi corriendo.
De pronto me sentí muy avergonzada. Miré hacia abajo a mi pecho desnudo y me tapé como si dentro de la habitación hubiese una multitud mirándome. Sentí la sangre subir hasta mi rostro.
Tomé el edredón de la cama y me metí debajo. ¿A dónde había ido? ¿Lo había asustado? Miré la habitación rodeándome las rodillas con las manos debajo de la gruesa tela. Conté en mi cabeza hasta 150 cuando por fin escuché que volvía.
Me quedé muy seria en la misma posición esperando verlo. Con un millón de preguntas escritas en mi semblante.
El muy... venía riéndose mientras se quitaba la camiseta por encima de la cabeza y corría a besarme de nuevo.
Dejé que me besara pero lo aparte poniendo mis manos en sus hombros.
—¿Qué fue todo eso? —Quise saber ya molesta. ¡Había estropeado toda la atmósfera!
Me sonrió enorme y levantó una mano para mostrarme lo que había causado su ausencia. Entre sus dedos tenía varios paquetes color purpura de condones.
Casi me golpeo la frente con la mano.
—¿Es en serio? —Salí de debajo de las sábanas, aún con la parte superior de mi cuerpo desnudo, caminé hasta el suelo cerca del sofá, levanté mi bolso y de uno de los bolsillo internos saqué varios de esos que él tenía en la mano—. Siempre los llevo conmigo—. Le dije mientras levantaba una mano mostrando los paquetitos y la otra la ponía en mi cintura en postura desafiante.
Sus cejas se arquearon y el deseo brillo de nuevo en sus ojos. El rugido de su garganta retumbó en su habitación mezclado con una risa torcida y se apresuró hacía mí tomándome entre sus brazos.
Jungkook me levantó del suelo haciendo que enrollara mis piernas alrededor de su cintura. Lo besé con rabia... La atmósfera no se había ido, se había renovado.
Me llevó de nuevo a la cama y esta vez, al separarse de mí, él mismo se quitó los pantalones. Jungkook, de pie allí, era mejor que cualquier cosa que me hubiese imaginado nunca. Parecía un sueño, un ángel, tenía definidos músculos que ni siquiera sabía que existían.
Torcí el gesto.
—¿Qué? —Quiso saber pero con expresión tentadora y copió mi postura desafiante de hace rato.
—Eres increíble —le dije honestamente antes de morderme la lengua y voltearle los ojos. No necesitaba que le dijeran esas cosas.
—Lo sé —me soltó el muy tarado. Me hizo querer demasiado tener su autoestima y casi vuelvo a meterme rápidamente debajo de las sábanas.
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Toma Mi Mano | Jungkook
Romance¿Qué pasaría si un viaje en ascensor, un terremoto, una sub-gerente de un hotel y un idol coreano se encuentran todos en el mismo lugar y el mismo momento? Esta es la historia de Gaby y Jungkook de BTS.