En esta semana tal vez te encuentres lidiando con desacostumbrados ataques de energía y agudos picos de ira, alegría y tristeza. Estás haciéndote con tus propios poderes ahora que se ve sacudido el ilusorio control que mantenían los límites que antes aceptabas.
Se te pedirá que experimentes de manera consciente con la apertura mental espiritual.
Ira
La ira es como un combustible. La sentimos y queremos hacer algo. Pegar a alguien, romper algo, tener un ataque, dar un puñetazo a la pared, cantarle las cuarenta a esos malditos. Pero como somos buena gente lo que hacemos con nuestra ira es comérnosla, negarla, enterrarla, bloquearla, esconderla, mentir sobre ella, medicarla, acallarla, no hacerle caso. Hacemos de todo menos escucharla.
A la ira hay que escucharla. La ira es una voz, un grito, un ruego, una exigencia. A la ira hay que respetarla. ¿Por qué? Porque la ira es un mapa. La ira nos muestra dónde están nuestros límites. Nos marca adónde queremos ir. Nos permite ver dónde hemos estado y nos hace saber cuándo no nos ha gustado. La ira señala el camino, no sólo lo hace el dedo. En la rehabilitación de un artista bloqueado, la ira es una señal de salud.
Hay que actuar a partir de la ira. Lo que no hay que hacer es dejar que actúe a través de nosotros. La ira señala la dirección. Se trata de usarla como combustible para emprender las acciones que debemos llevar a cabo y trasladarnos a donde ella nos dirige. Si pensamos un poco, podemos ser capaces de traducir el mensaje que nos está enviando.
«Usando simplemente la energía que gasto haciendo pucheros escribí un blues». DUKE ELLINGTON
«¡Maldito sea! ¡Yo podría hacer una película mejor que ésa!». Esta ira dice: quieres hacer películas. Necesitas aprender a hacerlas.
«¡No me lo puedo creer! Tuve esa misma idea para una obra de teatro hace tres años y va ella y la escribe». Esta ira dice: deja de aplazar las cosas. Las ideas no consiguen noches de estreno. Las obras terminadas, sí. Ponte a escribir.
«Esa estrategia que está utilizando es mía. ¡Es increíble! ¡Me la ha robado! Debería haber juntado el material y haberlo registrado». Esta ira dice: es hora de que te tomes en serio tus propias ideas y de que las trates bien.
Cuando sentimos ira muchas veces nos pone furiosos el hecho de estar sintiendo ira. ¡¡Maldita ira!! Nos está diciendo que ya no nos podemos permitir nuestra antigua vida. Nos dice que la antigua vida se muere. Nos dice que estamos renaciendo y que el parto duele. El sufrimiento nos provoca ira.
La ira es la tormenta de fuego que señala la muerte de nuestra antigua vida. La ira es el combustible que nos impulsa a nuestra nueva vida. La ira es una herramienta, no una figura que nos domina. La ira sirve para ser canalizada y utilizada. Bien usada la ira es muy útil.
La pereza, la apatía y la desesperación son los enemigos. La ira no lo es. La ira es nuestra amiga. No es una amiga agradable. No es una amiga dulce. Pero es muy, muy leal. Siempre nos indicará cuándo hemos sido traicionados. Nos dirá cuándo nos hemos traicionado a nosotros mismos. Siempre nos alertará de que es hora de actuar por nuestro propio interés.
La ira no es la acción en sí misma. Es una invitación a la acción.
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El camino del artista
Roman pour AdolescentsEl camino del artista nos enseña a crear con mayor libertad a través de la utilización consciente de una serie de herramientas que nos ayudarán a terminar con el bloqueo creativo... Una obra necesaria para escritores, poetas, actores, pintores, músi...