Gruñido

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Haru regresó temprano del trabajo, había estado desconcentrado e irritable así que no tuvo otra alternativa. Quería ver a Rin, tenerlo cerca, tocarlo y no pensar en nada más que estar con él.

Tan pronto como volvió se encerró en la habitación, estaba desesperado y terminó por refugiarse en la cama escondido entre las sábanas del lado en que Rin dormía. Su olor estaba impregnado en la ropa y solo así podía sentirse más tranquilo.

No era común que hiciera algo así, pero de verdad estaba siendo demasiado difícil controlar su instinto. Quizá había llegado a su límite y odiaba pensar en eso, no quería creer que su instinto era más fuerte que él.

Todos sus sentidos estaban alterados, su aroma era mucho más intenso que en cualquier otra ocasión e incluso él mismo se sentía desconcertado por eso.

Su lado irracional exigía marcar a Rin sin importar qué, necesitaba tener el control de su omega y demostrar que le pertenecía. Haru lo sabía y luchaba contra esa necesidad por lo que Rin significa para él.

Pero no era solo su instinto, su lado racional también quería que Rin estuviera ahí. Necesitaba saber que no estaba haciendo nada mal y que seguiría queriéndolo incluso cuando su instinto se apoderara de él.

Se sentía confundido y apenas podía mantener la calma. Sabía que Rin lo sabría apenas volviera y lo más probable es que intentara tranquilizarlo, pero era obvio que tenerlo cerca no ayudaría a controlar su instinto.

Por eso decidió bloquear la puerta para evitar que pudiera entrar, no quería ni pensar lo que podría hacer si se acercaba a él en ese estado. Aunque las cosas no estaban resultando fáciles para él, seguía pensando en Rin y su deseo era cada vez más fuerte.

El paso del tiempo le parecía eterno, pero había ido más rápido de lo que esperaba y Rin estaba en casa. Era obvio que correría a la habitación a buscarlo, el aroma de Haru no era el de siempre y sabría que no estaba bien.

Haru escuchó como trataba de forzar la puerta para entrar, e incluso si todo le decía que debía verlo de una vez se negaba a hacerlo. No quería que lo viera en ese estado y mucho menos quería perder el control con solo tenerlo cerca.

—Haru ¿Qué está pasando? —dio algunos golpes en la puerta esperando que respondiera, quizá estaba dormido y sería mejor tomar las cosas con calma.

—Solo aléjate, lamento que tengas que dormir en el sofá pero será mejor que esta noche no estemos juntos —luchaba con todas sus fuerzas contra lo que quería, por más que hubiera deseado correr hacia los brazos de Rin no lo haría para protegerlo.

—¿Qué estás diciendo? Deja de decir tonterías y abre la puerta —comenzaba a molestarse, sabía que Haru no estaba bien y no lo dejaría sólo.

—Por favor Rin, hablo en serio —no quería causar un alboroto, pero de ninguna manera lo expondría así—. Hablaremos por la mañana, no tienes de que preocuparte.

—Haru es mejor que abras ahora mismo o en verdad harás que...

Se quedó estático, nunca lo había escuchado hacer un ruido como ese o al menos no dirigido hacia él. Conocía lo que significaba, pues era exactamente igual que al que utilizó en alguna ocasión cuando un alfa estaba demasiado cerca de él.

Sintió miedo y Haru lo supo de inmediato, era obvio que se asustara luego de intentar alejarlo con ese sonido tan fuerte. Ahora comenzaba a sentirse culpable y la sensación se incrementó al escuchar sus pasos alejándose.

No podía dejar las cosas así, pero hablar en ese momento no solucionaría nada. Solo podía esperar a que sus sentidos volvieran a la normalidad para disculparse y explicar lo que ocurrió.

















Nota: ¿Están preparados para la parte más intensa del mes...? Yo tampoco xD Hablando en serio, y dejando un poco mis fallidos intentos de broma, estoy muy entusiasmada por las historias que se acerca y de verdad espero poder plasmar todo lo que quiero contar.

Y nada, espero que haya sido de su agrado y podamos leernos mañana uwu

Omegacember (HaruRin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora