- Yoongi, ¿quiero él divorcio?, el nombrado me miraba sin poder creer lo que decía, vamos que yo tampoco lo hacia.
- No, abrí mis ojos como platos al escucharlo, - no te lo daré, se acerco a mi a lo que retrocedí, - eres mío me escuchaste y sobre mi...
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Abri mis ojos de a poco los rayos de luz que entraban por la ventana de la habitación haciéndola más calurosa, suspiré refregando mis ojos para poder abrirlos bien, me moví en la cama sintiendo algo pesado en mi cintura, frunci el ceño con algo de duda hasta que sentí una respiración tranquila en mi cuello.
Volteo un poco encontrándome con los ojos cerrados de Yoongi, niego intentando quitar su brazo para así poder pararme, después de unos minutos lo hice, me levanté caminando al baño de la habitación.
-- ¿Que quieres? - estaba por salir cuando escuchó su voz, -- te advertí que no quiero volver a oírte mucho menos verte - frunci el entre cejo confundido, -- ya te dije que hare si eso es verdad - se escuchaba molesto, -- ahora no me estés jodiendo la vida - salí después de unos minutos ya que no volvió hablar.
Lo mire sentado en la cama con el teléfono en la mano y la mirada perdida en un punto fijo de la habitación.
- ¿Que te pasa? - lo miré aún más confundido cuando se sobresaltó al escucharme.
- ¿Que te ocurre? - me miró negando y bajo la mirada, - bien, si no me quieres decir - camine a la salida.
Entre a la habitación que mis hijos comparten, camine un poco mirando como se abrazaban aún en el mundo de los sueños, sonreí arropando los un poco más, salí de la habitación.
Baje las escaleras y camine directo a la cocina, me sorprendí al ver a Jackson en esta, bueno para ser las ocho de la mañana un sábado, si era extraño.
-- Buenos días lindo - me sonrio.
- Buenos días Jack - camine a la cafetera, - me sorprende que te levantaras temprano - lo miré una vez prendi la cafetera.
-- Bueno prácticamente mi madre me ah obligado - rei mirando su puchero, -- me ah mandado al mercado - tomo el contenido de su taza, -- no sabes que pereza me da ir y más que voy solo - nego bajando la mirada.
- Si quieres te puedo acompañar, a mí no me molesta - servicio el líquido café en una taza, - así ya no te quejas tanto - lo mire tomando de este.
-- ¿ Lo dices encerio? - sonrio a lo que asenti, -- ¿mi hermano te dejaráir si es conmigo? - lo miré confundido.
-- ¿A dóndeirácontigo? - mire al nombrado en la puerta de la cocina.
-- Y hablando del reí de Roma - murmura mirándome.
- Lo acompañaré al mercado - me alcé de hombros, - ¿algún problema? - lo miré.
-- Bien, yo me iré a cambiar - dejo la taza en el fregadero, -- te espero en la camioneta cuñadito - me sonrio de lado.
