Capítulo 3: Hombre Completo

1 0 0
                                    

Cuando Mary y Viviam se quedaron solas, la primera, que había sido cautelosa a la hora de elogiar a Watters, expresó a su hermana con mucho entusiasmo lo mucho que lo admiraba.


–-Es todo lo que un hombre joven debería ser ––dijo ella––, sensato, alegre, con sentido del humor; nunca había visto modales tan naturales y una educación tan perfecta.

––Y también es guapo ––replicó Viviam––, lo cual nunca está de más en un joven. De modo que es un hombre completo. ¿Qué te pareció la hermana de Lucas? Sus modales son muy distintos a los de su hermano.

--Al principio desde luego que no me agrado, pero cuando charlas con ella descubres que es muy amable. Charlotte va a venir a vivir con su hermano y desde luego va a estudiar en la misma universidad que él. Y, o mucho me equivoco, estoy segura de que encontraremos en ella una amiga encantadora.


Viviam escuchaba en silencio, pero no estaba convencida. El comportamiento de Charlotte Watters no había sido a propósito para agradar a nadie. Viviam estaba poco dispuesta a aprobar a Charlotte. Era, en efecto, una señorita muy fina, bastante alegre cuando no se le contrariaba y, cuando ella quería, muy agradable; pero orgullosa y engreída. Era bastante bonita; había sido educada en uno de los mejores colegios de la capital y poseía junto a su hermano una enorme fortuna; estaba acostumbrada a gastar más de la cuenta y a relacionarse con gente de rango, por lo que se cree con el derecho de tener una buena opinión de sí misma y una pobre opinión de los demás. Ambos son pertenecientes de una  honorable familia del norte de Colombia lo que incrementaba su inmensa confianza en sí misma.


(Lucas tiene la edad de 21 años).


Entre él y Edward existía una amistad firme a pesar de tener caracteres tan opuestos. Lucas había ganado la simpatía de Edward por su temperamento abierto y dócil y por su naturalidad. Lucas sabía el respeto que Edward le tenía, por lo que confiaba plenamente en él, así como en su buen criterio. Entendía a Edward como nadie. Y Lucas no era nada tonto, pero Edward era mucho más inteligente. Era al mismo tiempo arrogante, reservado y quisquilloso, y aunque era muy educado, sus modales no le hacían nada atractivo. En lo que a esto respeta su amigo tenía toda la ventaja, Lucas estaba seguro de caer bien donde quiera que fuera, sin embargo Edward era siempre ofensivo.


El mejor ejemplo es la forma en la que hablo de la fiesta. Edward jamas había visto una colección de gente con tan poca belleza, por ninguno de ellos había sentido el más mínimo interés y de ninguno había recibido atención o placer alguno. Reconoció que la mayor de las Morris era hermosa, pero sonreía demasiado para su gusto. 


En Cuerpo y AmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora