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-Oh mira nada más, nuestra pantera blanca- Bucky lo miro con cansancio, al principio los apodos de Tony lo irritaban, pero sentía que ya había escuchado cada repertorio de malos chistes y bromas sobre su edad.

-De hecho, es lobo blanco.

- ¿Enserio? Creo que no me llego el memorando, lo siento_ Bucky puso los ojos en blanco y fijo su atención en el vaso de agua.

-Te estaba buscando, escuche un terrible rumor y es que Reb-reb va a ir a uno de esos terribles internados- Bucky termino de servir su vaso de agua un poco más fuerte de lo normal.

-Oh no, tú también.

-Oh si yo también, ¿sabes cuantos accidentes ocurren en esos lugares? - eso era extraño Tony y el no mantenía conversaciones largas, siembre eran cortas y directas.

- Créeme me preocupa más cuantos accidentes puede ocasionar mi hija en esos lugares.

-Oye la mayoría de los genios somos un poco desastrosos, pero es parte del proceso, te lo dice uno de ellos.

Bucky suspiro frustrado.

-De hecho, la mayoría de los genios necesitamos un impulso y encontré la persona indicada que le dará ese impulso.

-No, basta otra vez no, no más niñeras se acabó.

-Muy tarde ella ya está subiendo y no podemos ser descorteces con nuestra visita- el ascensor se abrió y Bucky se quedó helado.

La chica era hermosa, traía un vestido ajustado y una cazadora amarilla, se veía deslumbrante, fácilmente la hubiera confundido con una de las modelos con las que solía salir Stark.

- Y aquí esta nuestra Nanny, hermosa ¿no es así Barnes? - Bucky se quedó mudo a medida que se acercaba la chica.

La chica se notaba nerviosa, pero puso una hermosa sonrisa y extendió la mano.

-Es un placer conocerlo señor Stark.

-Oh créeme el placer es de nosotros- Bucky puso los ojos en blanco, Tony era dolorosamente igual de casanova a su padre- Este de aquí es Barnes, el padre de nuestro angelito, 106 años pero que no te engañe aún sigue dando pelea- Bucky cerro los ojos en busca de paciencia, sintió como sus mejillas cobraban un color rojo.

La chica sonrió y le extendió la mano, la pudo ver mejor de cerca, parecía una muñeca, Cabello negro brillante perfectamente acomodado con un peinado que le recordó a las chicas de su época, sus ojos eran color miel, tenía una grandes y rizadas pestañas.

-Un gusto- la chica estrecho su mano con entusiasmo, Tony se pudo en medio de los dos.

-Excelente inicio, así que, qué te parece si te presento a mi mayor obra, un genio de la comedia y el buen gusto.

Si, por más doloroso que fuera Becca tenía el mismo humor de Tonny lo cual era frustrante a veces.

Los tres caminaron a la gigante barra en el salón donde Becca estaba concentrada en su libro de matemáticas con un cronometro al lado, apenas vio a los tres adultos le dirigió una mueca de disgusto a la chica de en medio, pero siguió concentrada en su libro.

"Oh, oh esto no va ser tan fácil" pensó Torelaine.

Bucky se acerco a su hija, ella noto que el hombre adoraba a su hija por como la miraba con adoración, al principio el hombre le había parecido extremadamente sexy, pero verlo acercarse con tanto amor a su hija, lo hizo completamente irreal.

-Hey Huracán ¿Qué estás haciendo?

-Mi tarea de matemáticas, con el tío Tonny y yo apostamos, si resuelvo toda la página en 60 minutos ganare un pony- Bucky dirigió una mirada asesina al hombre de enfrente, Tonny alzo las manos en señal de rendición.

-No me mires así Buckaroo, hay que incentivarla para que sea un genio en potencia, además ya como que nos hace falta una mascota- Bucky dirigió una mirada cansada y toco la pantalla para para el cronometro.

-Beck queremos presentarte a alguien- la niña dirigió una mirada cansada (idéntica a la de su padre) a la chica- Ella es...

-Torelaine pero puedes decirme Tory, mis amigos suelen decirme así.

-Pero nosotras no somos amigas- Bucky miro a Becca dándole una advertencia, a cualquiera le hubiera intimidado esa mirada pero la niña simplemente se encogió de hombros.

-Bueno... pero podemos ser amigas- dijo con nerviosismo Tory quien ya estaba comprendiendo por que le iban a pagar tan bien, esto no iba ser fácil, Becca asintió lentamente mientras miraba otra vez su libro, su padre se puso a su nivel y la miro fijamente.

-Beck corazón, pórtate bien por favor, no lo hagas más difícil – la mirada de Bucky era suplicante y la niña casi siento compasión por su padre.

-Bueno, cualquier emergencia hay botones de pánico por todas las instalaciones- Tory miro asustada al hombre- Tranquila, tranquila normalmente no suelen usarcé, es una... precaución- Becca soltó una pequeña risa, lo cual le dio escalofríos a la niñera.

Bucky se acercó a la niñera lentamente.

-Si necesitas ayuda, no dudes en llamarnos- La chica asintió e hizo contacto visual con el hombre, ambos se quedaron congelados mirándose fijamente, ambos se sentían nerviosos.

-¿Vienes Barnes?- la sonrisa que le dirigió Tonny fue cínica y siniestra como la del gato de Alicia en el país de las maravillas.

Ambos rompieron el contacto visual y siguieron sus caminos, Torelaine puso su bolso sobre la encimera y se quedó atenta mirando a la niña desde el otro lado, Becca dio un suspiro exagerado y volvió a parar el cronometro.

- Hagamos esto fácil, yo no te quiero aquí, no necesito a una niñera así que te voy a dar la oportunidad de que te rindas voluntariamente- Tory hizo una mueca de terror, miro a la niña y suspiro agotada.

-Vaya ahora sí que entiendo a mis niñeras- Becca frunció el ceño y miro con atención a la niñera.

- ¿También tuviste niñeras? - Tory observo que sus ojos eran iguales a los de padre y ambos tenían esa mirada intimidante, pero debía confesar que la de la niña le daba más miedo.

- Tuve 25 niñeras- Becca abrió la boca con sorpresa, la niña le regalo una sonrisa.

- ¿Ah si? Ja, tú eres la cuarta en el mes- Tory miro a la niña con una ceja levantada, no era algo que presumir, el a ver sido una pesadilla para todas esas mujeres que trataban de hacer su trabajo, pero era divertido ver como Becca y ella eran un poco parecidas.

-Ja, novata en una semana tuve tres- Becca abrió sus ojos y boca con sorpresa, inmediatamente se puso feliz.

- ¡¿Enserio?! ¿Cómo lo hiciste? - ahora ella tenía toda la atención e interés por parte de la niña.

-Alto hay niña, ¿Qué me garantiza que no utilizaras mis trucos en mi contra?

-Tal vez puedo hacer una excepción por el día de hoy- la niña le dio una dulce mirada, ella sabía el juego.

-De acuerdo, pero primero termina tu tarea.

The Nanny- James Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora