"Anoche, en todo lo que pensaba era en ti.
Puedes caminar conmigo, cariño.
No quiero hacerlo, pero pienso en ti."
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━━Puedo ser tu soporte, ¿lo sabes? no estás solo.
━━Quiero ser fuerte y protegerte, hacerte feliz de c...
Es lo que cualquier chica de diecisiete años debería tener, ¿no es verdad?
Pero, para Rumi Oyuki era algo completamente imposible, según ella.
Nacida en el seno de una familia con demasiados problemas familiares como para querer compartir siquiera una conversación casual con ella, y no solo eso, sino que también con el síndrome de Asperger.
Nombres extraños, ¿Cierto?
El síndrome de Asperger es un trastorno del espectro autista que suele ser menos grave. Las personas que padecen este trastorno pueden tener un comportamiento social inusual y un interés profundo en algunos temas específicos.
En pocas palabras, no podía demostrar libremente expresiones que eran muy comunes, por lo cual la mayoría tendía a malinterpretarla y tacharla como alguien que pasaba de todos.
Nadie se daba el tiempo de conocer concretamente el contexto o situación de aquella chica.
Sin embargo esto no significaba que fuera una pera en dulce.
Oyuki sabía pelear de manera brusca y eficaz. Si se metían con ella, no dudaría en golpear a quien se quisiera pasar de listo.
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━━¿Vas a seguir con la mirada de señorita superior? -La pelinegra se encontraba en el suelo, cubierta de comida de la cafetería y con raspones en las rodillas-
Pero al parecer, su rostro sereno molestó aún más a las chicas que anteriormente le habían cogido del cabello para llevarla a la parte lejana de los edificios.
━━¡Contéstame, maldición! -Gritó, tomando de nueva cuenta el cabello de la chica en el suelo-
Pero Oyuki ya se había cansado de escuchar los gritos de aquellas idiotas chicas que creyeron que podrían molestarla como si nada.
━━Tu boca apesta, aléjate de mí. -Fue lo que dijo, mientras tomaba la muñeca de la mano que sostenía con fuerza sus cabellos, para después doblarla haciéndola tronar de una manera espantosa-
El grito de aquella matona no se hizo esperar, mientras de tiraba al piso y sus dos secuaces de acercaban a comprobar su estado.
━━¡Bruja, le rompiste la muñeca! -La rubia acompañante le gritó, mirándola con desprecio-
━━Y ella me despeinó, ¿Algo más que agregar además de lo obvio? -Se puso de pie, quedando a una altura mayor que las otras tres-
Porque si, ella era mucho más alta, pero debido a su delgado cuerpo no la tomaban como una amenaza.
Ilusos.
━━Deberían llevarla a la enfermería, la doctora conoce mi nombre y la atenderá. -Sacudió la falda de su uniforme, y finalmente se fue dejando aquellas chicas atrás. Importándole poco su apariencia en ese momento.
