"Anoche, en todo lo que pensaba era en ti.
Puedes caminar conmigo, cariño.
No quiero hacerlo, pero pienso en ti."
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━━Puedo ser tu soporte, ¿lo sabes? no estás solo.
━━Quiero ser fuerte y protegerte, hacerte feliz de c...
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Expulsada.
Oyuki había sido llamada a la oficina del director desde la mañana, ni siquiera le habían dejado tomar la primera clase cuando ya había sido citada.
No le sorprendió, sabía que lo harían por el escandalo que había causado el día anterior, desde sus peleas pasadas ya había sido advertida que una pelea más y sería echada de la secundaria.
Sus padre estaban al tanto de todo lo que le pasaba en la escuela, pero no les fue muy relevante y siguieron ignorando la situación. Incluso habían decidido ignorar las llamadas por parte de la escuela con intención de hacerlos ir a firmar cartas compromiso.
"Si la expulsan, hay más escuelas"
Fue todo lo que dijeron la última vez que los habían citado.
Con las calificaciones que tenía era seguro que podría entrar a cualquier escuela, aunque ellos sabían que posiblemente querría entrar a la misma en la que su hermana menor se encontraba.
Habían decidido mantenerlas alejadas para que así no causaran alborotos, pero ya les había quedado de experiencia que no importaba si estaban cerca o lejos siempre les traerían problemas. Se habían rendido en querer reformarlas, así que solo esperarían a que fueran mayores de edad para dejarlas continuar con su vida.
Fue así como Oyuki se encontraba vistiendo su nuevo uniforme escolar, no estando acostumbrada a tal cambio y la manera en la que se veía no hacía más que ponerla ansiosa.
-Hermana mayor, debemos irnos ahora. -La voz de su pequeña hermana junto a su manera de tocar la puerta de manera suave fueron lo único que la pudieron hacer alejarse del espejo y dejar de buscar defectos en su apariencia.
Tomó su maletín junto con sus tapones de los oídos. Había ocasiones donde no soportaba el ruido de las personas rodeándola.
Al salir de su habitación, una pequeña pelinegra la estaba esperando con una sonrisa y pertenencias en mano.
-Vamos, quiero enseñarte todo personalmente antes de que inicien las clases. -Extendió su mano libre hasta la mayor, quien rápidamente la sostuvo devolviéndole la sonrisa.
Ambas emprendieron camino hasta la escuela, mientras la mayor memorizaba el recorrido para no tener problemas al regresar cuando su hermana no pudiera acompañarla.
-No debes preocuparte hermana mayor, los profesores ya saben de tu condición y no te forzarán a hacer algo que no quieras. Pero si llegas a tener algún problema dímelo para encargarme de ello. -Alzó su brazo flexionándolo, mostrando el musculo que poseía.- He estado entrenando con Baji-san, puedo darle una paliza a quien se meta contigo.
-Yo puedo hacer eso, tú debes concertarte en pasar de año. -Acarició la cabeza de la menor, sonriendo levemente.
Aunque su sonrisa había sido lo suficiente para que algunos ahí se quedaran parados embobados, sorprendidos de la atmosfera tan madura que la chica poseía.
