Capítulo 7: Heridas.

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Capítulo 7: Heridas.

—Uuuh... —Suspiro Luz.

Después de estar en una sala de operaciones durante cuatro horas. Hace una media hora se acababa de despertar. Se sentía asombrosa mente mareada y el dolor en sus partes intervenidas era poco.

Pero le dolía.

Antes de que le pusieran la anestesia escucho al doctor decir.

—Tiene quebraduras en su pierna y en su brazo. Llevenla a la sala de operaciones pero ya.

Y después de eso no supo que pasó pero si como llego hasta aquí.

—Si hubiera sabido que tener novia o amigos me traería problemas, mejor me hubiera quedado sola... Tal y como lo estaba en la otra escuela... —Murmuró por lo bajo. Recordaba que por su forma de ser, eso le había traído muchos problemas y burlas el año pasado.

Afortunadamente su madre consiguió trabajo en otro estado y allí pudieron rehacer su vida. Ella entró a una nueva escuela.

Allí conoció a Willow, a Gus y a Amity y a su grupo de amigas molestas.

Recordaba que la peliverde al principio la molestaba pero no la agredia de forma física, cosa que hacía con Willow y los demás.

Pero las cosas cambiaron poco a poco. En varias ocasiones le tocó hacer trabajos en pareja con ella y allí poco a poco se fue formando una linda amistad.

Luego Amity dejo el grupo de Skara y se llevaba más con ella y sus amigos. Se disculpo con todos ellos y al final fueron amigos.

Incluso los defendía de los busca pleitos pero más a ella. Cosa que le parecía extraño aunque ahora ya sabe la razón.

—Si hubiera sabido que Amity me defendia por que le gustaba hubiera buscado defenderme Yo misma desde hace mucho... —Mascullo molesta. Pero luego alzó uno de sus brazos para ver si podía flexionar sus músculos. —Oooh... —Pero se lamento al ver que este era tan flaco que no lograba hacer aparecer nada.

¡SLAP!

De pronto la puerta se abrió y una molesta Eda entró a la habitación. Está venía acompañada de Vee la cual se veía preocupada.

—¡Estas en muchos problemas niña! —Grito Eda importandole muy poco que estuvieran en un hospital.

—Silencio —la silencio Luz. —No quiero escucharte. —Dijo mientras se cruzaba de brazos y desviaba la mirada a un lado.

Eda apretó sus dientes con fuerza. Con gusto le daría su merecido a la chica pero al verla bien. Se veía muy mal.

Vee se acercó a Luz y con mucha tristeza le dijo.

—¿Te vas a morir? —Le preguntó.

Luz la volteo a ver con una expresión aterrada. En su mente jamás se le cruzo la idea de dejar este mundo. Pero al parecer estuvo muy cerca.

—A-ay Vee... Q-que cosas dices jeje —río Luz nerviosa.

—Niña no digas tonterías, obvio que Luz no ha muerto... —Le dijo Eda a la chica basilisco. Su tono era alegre pero rápidamente cambió a molestó cuando volteo a ver a Luz fijamente. —Aún.

—¿A que te refieres? —Preguntó la latina con enojo y algo de miedo.

Fue entonces que la pelinaranja se sacó el celular del bolsillo y empezó a marcar un número.

Allí lo entendió todo Luz. Eda llamaba a su madre, Camila Noceda.

Una hora después.

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