Capítulo 10: Vee En Peligro.

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Capítulo 10: Vee en peligro.

Eda se despertaba bien temprano. Cosa muy extraña en ella. Ya que se acostumbraba a levantarse a media noche o en la tarde ya que era una desempleada, mantenida, solterona, mujer mayor, inútil, buena para nada, una persona sin oficio ni beneficio y una completa hija de...

—¡Oye creo que los lectores ya entendieron! —Exclamó la de cabello naranja alzando su vista hacia el techo muy molesta.

Bueno... Lo siento.

Aunque si era una mujer muy atractiva y con buena condición física que siempre se salía con la suya, además de que muchos siempre andaban detrás de su trasero y que buscaban tenerla para ellos solos.

Pero ella era demasiado genial para andar solo con uno.

—Gracias —agradeció Eda mientras olvidaba su enojo y volvía a lo suyo.

Peinar su largo, hermoso y genial cabello frente a un espejo de cuerpo completo que tenía en su habitación. Muchos creerían que dormía con Camila Noceda.

Pero la latina le había preparado el cuarto de huéspedes para ella sola ya que no eran casadas y la de anteojos respetaba mucho esos ámbitos y sólo cuándo querían liberar estrés pues dormían juntas.

Aunque la mamá de Luz no era una mujer muy atlética ya que solo aguantaba un par de rounds y a veces solo uno.

Y eso aburría mucho a Eda. La cuál tenía energía cómo para unos cuatrocientos rounds.

—No se molesten, amo a Camila pero me aburre que solo quiera hacerlo una vez cada treinta días —dijo con sumo fastidio.

Ella se acercó a la cama y se quito la toalla que cubría su cuerpo. Se empezó a vestir con la ropa de marca que se había comprado con el dinero que le dio uno de sus muchos amantes.

Al terminar de vestirse. Usaba una camisa roja de mangas largas con botones en el centro de color dorado, esta además era a cuadros los cuáles eran de color amarillo y naranja por no decir que la camisa era de seda. Se puso unos pantalones azules muy ajustados que dejaban marcada sus caderas y sus piernas musculosas, haciéndola ver sexy, además de unos zapatos blancos con negro.

La camisa, el pantalón y su ropa interior eran de marca pero esos zapatos no tanto. Ya que se los dio Camila.

—La pobre estuvo ahorrando por un año para comprarmelos... Que monada de su parte —dijo viendo con cariño los dichosos zapatos.

Al estar vestida se seco el cabello y se lo ató en una cola de caballo. No se puso maquillaje, solo una crema para protegerse del sol. Su piel era tan bella y cuidada que no necesitaba cuidados. Sólo seguir con su vida de ejercicios y dietas ricas en comidas saludables.

Aunque a veces bebía y fumaba pues se cuidaba tan bien que no le afectaba mucho esos excesos.

Mientras salía de la habitación se coloco unos lentes de sol sobre su cabeza. Terminando así de alistarse para iniciar su día a día.

—Buenos días querida —la saludo Camila Noceda. La latina se hallaba en la cocina haciendo el desayuno para todos.

La pelinaranja la saludo dándole un beso en el cachete a la de anteojos.

Y luego otro y luego otro y luego otro y luego otro y luego otro y luego otro y luego otro y luego otro y luego otro y luego otro y luego otro y luego otro y luego otro y luego otro y luego otro y luego otro y luego otro y luego otro y luego otro y luego otro y luego otro y luego otro y luego otro y luego otro y luego otro y luego...

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