13. Culpa del alcohol

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—¿Cómo es que tú bebiste más que yo y te encuentres en buen estado?—le pregunté a Liam

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—¿Cómo es que tú bebiste más que yo y te encuentres en buen estado?—le pregunté a Liam

—Porque no estás acostumbrada a beber, bonita—lo mire divertida—. Dame eso, ya has bebidodo bastante ,Hil.

Mire la botella en mi mano, sonreí y la agite en el aire negando.

—La estamos pasando muy bieeeen—arrastre la última palabra

—Lo sé, pero podemos pasarla bien sin esto, no tienes mucho aguante y ya estás haciendo locuras—hice un puchero entregándole la botella

—Aburrido—dije caminando hacía su auto

—Mañana me lo agradecerás, evite que cometieras locuras y evite tu gran resaca—dijo el subiendo a mi lado

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El beso se prolongó por más tiempo, Derek apretó ligeramente mi cadera antes de alejarse. Tomé aire mirándolo, el se puso de pie y maldijo en voz baja.

—Esto no debió pasar Hil. No podemos hacer esto, ambos sabemos que está mal—dijo Derek pasando una mano por su cabello

—Yo…yo no sé que me pasó—oculte mi rostro entre mis manos al momento en que mis ojos se cristalizaron—. Esto fue como traicionar a Alice, soy una horrible persona —deje salir las lágrimas

—No sabíamos lo que hacíamos, ambos estamos muy bebidos y lo mejor es que vayamos a descansar—el se agachó frente a mi—. No fue tu culpa Hill y se que esto es solo por el alcohol y lo dolida que te encuentras, tanto tu como yo sabemos que no sentimos nada.

Asentí aún con mi rostro entre mis manos, el solo se puso de pie y dejo un beso en mi cabello antes de irse a su habitación.

Alice me odiara pensé llorando, todo se me estaba yendo de control, me sentía mal y ya ni sabía porque necesitaba olvidar y sanar. Necesitaba respuestas, necesitaba tanto un balance en mi vida de nuevo.

Esa noche solo entre a la habitación y me acosté viendo al techo deseando dormir.

No supe el momento en el que me quedé dormida solo sabía que no había pasado tan mala noche desde hace tiempo, me levanté cuando vi que ya era medio día, entre al baño hice mis necesidades y me cambié de nuevo por mi ropa del día anterior.

Cuando salí de la habitación el olor a comida me revolvió el estómago y me hizo saber que Derek ha estaba levantado, ¿Cómo podía verlo después de ayer? Sacudí la cabeza intentando ignorar ese pensamiento.

—Buenos días, más bien tardes— dije llegando al comedor evitando su mirada en todo momento

—Buenas tardes, en la mesa hay jugo y una aspirina para el dolor de cabeza—murmuré un “gracias” en tono bajo tomando la pastilla

La Hafefobia No Es Un LímiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora