Hoy Hilary me había invitado a comer a su casa, ir a su casa significa estar con su familia, pero no solo eso sí no que también estaría en su habitación el último lugar donde la ví, donde la hice sufrir, donde todo acabo y no era muy bonito a decir verdad.Había días malos donde los recuerdos me atormentaban e incluso me hacían preguntarme si ella realmente merecía alguien como yo. Pero al instante recordaba que la amaba tanto que renuncie a ella por un tiempo.
Porque a veces amar significa tener que dejar ir.
Mi abuelo había llegado dos días antes y se estaba quedando en mi departamento.
—Hoy después de comer y estar un rato en su casa, la quiero llevar a cenar a casa de mi madre—mi abuelo me miró atentó—. Pero solo espero que papá no esté
—Es su casa hijo—me recordó tomando un poco de café
—Lo sé, pero no siempre está en casa. Aunque pareciera que sabe cuándo voy porque mayormente aparece
—Bueno yo estaré ahí, tal vez se comporte más
—Eso espero
Nos mantuvimos en silencio hasta que el sonido del timbre se hizo presente, sabía quién era por la vocecita detrás de la puerta.
—Me parece que hoy una princesa nos quiso honrar con su visita—hable abriendo la puerta
—Iam —solté un gruñido abrazándola y ella río—. Me compras un heladoo—alargo la "o"
—Voy a empezar a creer que solo me quieres ver por eso
—A la princesa siempre le gustará el dulce—dijo mi abuelo en tono alto
A Elisa se le iluminaron los ojos al escuchar su voz, haciendo que me mira sorprendida, le sonreí y ella salto antes de salir corriendo.
Me puse de pie—Hola mamá—la abracé, ella sonrió y beso mi mejilla
—¿Sigue en pie lo de esta noche?—me pregunto llegando al comedor
—Si —afirme
—Estaremos esperando—dijo y se dirigió al abuelo para saludarlo
Me tomé un momento para apreciar este momento, momento que parecía familiar. Una familia tranquila y amorosa aunque fuera todo lo contrario, aunque unas sombras nos reodearan parecía un buen momento.
Me dirigí a mi habitación donde seguramente Elisa estaría brincando en la cama como cada vez que venía.
—Deja de brincar en la cama Eli, no queremos un accidente como el de la vez pasada—alegue provocando un puchero de su parte
—Tu novia es bonita—agrego tomando la foto nueva, donde Hilary reía felizmente viendo la cámara mientras yo la abrazaba
Parecíamos relajados.
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La Hafefobia No Es Un Límite
Teen FictionMuchos no entienden mi fobia solo simplemente se alejan sin más, otros se quedan a intentarlo pero se cansan y se van dejándote un gran vacío, eso duele más,eso hiciste tú. Porque lo cierto es que es como vivir en tu propio mundo pero sin nadie a tu...