II

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Los manteles color perla se destendian sobre el comedor de la mansión, como si ya supieran perfectamente a donde permanecían, adornando equitativamente la habitación.

—Madam terminamos con los manteles ''hay algo más que necesite''.

La frágil beta se levantó de su asiento mirando hacia la ventana que apuntaba al jardín principal de la casa.

—¿Saben si jimin ya regreso de la residencia de los Jung? —Pregunto la anciana con una voz moderada.

—Lamento informarle que jimin todavía no regresa, su tutor se enojó demasiado y se retiró más temprano de lo normal. Dijo que su tiempo era más valorado en otras familias y no lo perdería educando a omegas sin modales... Madam.

—Como se atrevió semejante patán a ofender así a mi jimin, sé que tiene un carácter peculiar, pero es un simple y normal omega como los otros.

De repente los ojos de la anciana beta se abrieron de par en par al ver llegar a jimin en un carruaje desconocido y acompañado de un joven, sus ojos no lo podían creer la beta se apresuró  hacia la puerta principal para recibir a jimin.

—¿Jimin querido por que tardaste tanto en llegar? — Pregunto sonando demasiado preocupada. — Nana Isabela su imaginación no podría formular el horrible día que tuve que pasar.

Menciono el omega caminando apresurado hacia la sala de la mansión para recostarse en el sofá, sin importarle su horrible postura al hacerlo.

—Entonces cuéntame tu espantoso día, tratare de comprenderte.

— Hoy conocí a la persona más condescendiente que pueda haber.

—No te refieres al apuesto joven que te acompaño hacia la entrada.

—Apuesto... nana Isabel me temo que sus ojos ya no ven bien.

—No seas dramático, aunque tenga ya una edad un poco avanzada puedo ver con claridad y ese joven es muy bien parecido.

El rubio solo mantuvo su mirada en el techo de la habitación, mientras escuchaba a la beta con sus formulaciones nada interesantes para él y su compleja mente.

— ¡Park jimin!

Resonó un grito acaparando todo el cuarto el  omega al escuchar esa voz tan conocida retomo su postura sentándose derecho.

—Me podrías explicar ¿por qué llegas tan tarde? ¿por qué tu tutor renuncio a tu enseñanza? y lo más importante ¿que hacías recostado en el sofá luciendo tan indecorosamente?.

Hablo la señora park, con un semblante nada encantador por los desafortunados asuntos.

—Lo siento madre solo que camine demasia...

—No importa cuál sea tu problema sé que a ti jimin te encanta desobedecerme tanto como se te sea posible, en cuanto se te presenta la oportunidad.

—Madre yo no quería.

—Guarda silencio jimin, no quiero oírte hablar en estos momentos... iras a tu habitación a leer todos los libros pendientes de tu estante y no saldrás hasta que ya no quede ninguno por leer, como ya no tienes tutor aprenderás por ti mismo y el triple si es posible.

La madre de jimin salió enfurecida por el comportamiento de su hijo, al escuchar la puerta cerrarse jimin cerró los ojos y dejo caerse hacia atrás, cayendo en el sillón demasiado cansado sin importarle lo demás.


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𝙻𝚕𝚎𝚐𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚊 𝚕𝚊 𝚍𝚎𝚛𝚒𝚟𝚊 [ 𝚈𝚘𝚘𝚗𝚖𝚒𝚗 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora