XV

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Los pétalos de la Hermosa flor se mantenían intactos, pero por el momento Lucían como distracción haci su aburrimiento y la eterna espera de su hermano. Necesitaba con urgencia algo en que entretenerse. Si no quería que su cabeza lo llenara con recuerdos de él, y el joven min yoongi en el jardín. Los dos. Juntos. Solos. Con las estrellas de testigo a su efímero momento, o horrible recuerdo. Quería obligarse a pensar de esa manera, se supone que el odia a min yoongi se repetía en su cabeza sin cesar, pero el ya no estaba seguro de su odio hacia ese alfa tan narcisista, egocéntrico, condescendiente, arrogante .... Y ...Guapo. Sobre todo sus ojos. Que del solo recordar en la distancia tan corta que los observo, hacía sentir su estómago de una manera tan rara, que obligaba a su respiración agitarse. Era posible tener unos ojos tan imponentes y lindos a la vez.

El rubio sacudió su cabeza de inmediato; en forma de negación, tratando de sacar esos pensamientos tan locos que se hospedaron sin ningún aviso de por medio.

De repente unos pasos se escuchaban cada vez más cerca del pasillo donde se encontraba jimin esperando a Seokjin, jimin se sintió nervioso de tan solo pensar que podría ser Min yoongi, el que se acercaba a él, rezaba para que no tuviera la razón en su suposición.

—Joven min, no debería salir sin compañía y mucho menos sin aviso.

—Williams dime, si tuviera que avisar cada que me apeteciera saciar mi aburrimiento, no tendría algo llamado libertad.

Menciono el alfa tratando de quitar sus guantes, que ahora le estorbaban, incomodándolo demasiado.

Caminaba tan rápido como se le disponía para perder a su sirviente, pero no lograba deshacerse de él, y sus regaños sin trasfondo, cuando de pronto su mirada se tropezó con alguien afuera de la habitación de su hermano mayor, no podía creer lo que sus ojos observaban. Era Park jimin, ese omega tan lindo que estaba comenzado a atormentarlo de una manera que nadie se había atrevido antes. jugando con su moral. sus principios. Y haciendo que su confianza se revelara ante el mismo, cada vez que lo tenía cerca. Cada vez que olía su fragancia tan singular y empalagosa pero su tormento se mantenía ahí. En el pasillo de pie. Tan tranquilamente sin saber del poder que estaba obteniendo ante él mismo.

Y ahí se mantenía. Luciendo tan bello como siempre. Tan inocente, con sus mejillas rojizas y sus labios tan esponjosos y ni hablar de sus ojos, que no tenían comparación, él no quería pero sería de mala educación pasar sin saludar a su invitado.

Jimin desvió su mirada un tanto nervioso no quería que lo notara, pero no lo logro lo pasos se escuchaban cada vez más cerca.

— No vengas... no vengas... no vengas —susurraba tan suave.

—Buenos tardes.

[ viniste] —Buenas tardes —menciono levantando su mirada para verlo el rostro del alfa.

—Si no es ningún inconveniente podría preguntar ¿Que lo trae por la residencia Min?

—Por usted, claramente no lo es.

Yoongi sintió un gran alivio por dentro, al obtener esa respuesta al menos tenía la certeza de que el carácter de jimin no cambiaría ni por los acontecimientos tan incómodos que llegaran a ocurrir entre los dos.

—Eso lo tengo entendido ¿vino con Seokjin?

El omega asintió.

—En tal caso debo asumir que su querido Seokjin está adentro de la habitación con mi hermano.

El rubio se mantenía sin contestar.

—Están adentro solos. Sin compañía.

—¿Que es lo que su asquerosa mente está asumiendo?

𝙻𝚕𝚎𝚐𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚊 𝚕𝚊 𝚍𝚎𝚛𝚒𝚟𝚊 [ 𝚈𝚘𝚘𝚗𝚖𝚒𝚗 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora