¿Inocencia?

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Desde pequeño siempre me dijeron que era débil, que si no me hacía fuerte no conseguiría salir adelante.

Aún recuerdo las palabras de mi padre, gritos interminables exigiendo que debía dejar de llorar y los múltiples castigos recibidos, me creían loco y enfermo, incluso puedo decir que me querían internar en un clínica, la comezón de mi cuerpo no era normal según mi padre.
En cuanto a mi madre siempre discutía con él, le decía que era normal en mi, que todo estaba en mi mente y que sólo necesitaba su apoyo para salir adelante.

Gritos resonaban en la habitación, él jamás quiso hacerlo, el internarme en la clínica no era para que me ayudaran, sólo quería deshacerse de mi.

Mamá nunca estuvo de acuerdo, pero no parecía tener palabra ante él, después de todo era mantenida por mi padre y debía obedecerlo sin excepciones...
Aquél día era una despedida para mí, pero no querían decírmelo, me ocultaban algo que yo ya sabía, pero tampoco quise decir algo...

Mis labios se mantenían cerrados ante el secreto descubierto; el silencio reinaba mientras me encontraba en el patio, pero la comezón seguía hasta el punto que mi cuerpo ardía de dolor.
Fue entonces que mi don surgió, eliminar a cada uno de los integrantes de mi familia fue repentino y un gran susto, realmente no sabía que sucedía.

Sin embargo, de lo que si estaba segura es que podía sentir como en mi interior todo se calmaba, incluso la comezón que había surgido hace poco; podía sentir que se disminuía, hasta ese instante mis instintos me obligaron a matarlos para calmarme, pero luego los llantos surgieron, estaba solo, no tenía nada ni nadie a mi lado. Huí en cuanto escuché las voces de los vecinos acercarse a mi, querían averiguar lo que había sucedido, pero no hubo rastro, la muestro de mi familia no tuvo explicación, ni siquiera para la policía o al menos fue lo que pensé.

Aquella mujer me encontró y me llevó consigo, fue muy descarado de mi parte mencionarlo el accidente que provoqué; a pesar de que su expresión era tranquila, podía darme cuenta que en sus ojos la invadía una gran tristeza y decepción.
Era solamente un niño, no tenía idea de lo que era una muerte o de lo que había sucedido con mi familia, solamente tenía presente que me sentía mejor.

Aún así con el tiempo fui abandonado por ella, otra persona de mi familia que supuestamente buscaba verme bien y me dejó; un error grave que cometió porque en un callejón me encontré con mi salvador.
Una persona que tenía un punto diferente de la humanidad, los héroes y las quirks.

Gracias a él me di cuenta que mi inocencia de creer que desaparecer a los demás no era mala, matar se volvió una adicción y muy pronto se volvería un logro... Me convirtió en su sucesor y estuve dispuesto a cambiar el mundo.

¿Inocencia? No, no era inocente, en el el fondo sabía la verdad, lo que realmente sucedía, pero no lo quise ver hasta que descubrí el objetivo de vida, para lo que yo realmente había nacido.

One-shots | BNHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora